En esta noticia

Tanto los bonos, las acciones como el tipo de cambio en Argentina exhiben una tendencia opuesta a la que se ve en el resto de los mercados internacionales.

En este año, el mercado local no logra sumarse a la tendencia alcista que sí se ve en el resto de las plazas bursátiles y financieras del mundo. El factor político está siendo un factor que impide un mayor entusiasmo por parte de los inversores. El mercado se encuentra en una postura de "wait and see" hasta las elecciones.

La deuda argentina se desacopla

Este año es bueno para los mercados internacionales. Las acciones operan en máximos históricos y con fuertes ganancias. En Wall Street, suben más del 10% en promedio.

A su vez, la renta fija global también evidencia una buena dinámica. Finalmente, el dólar ha perdido un 10%, haciendo que el resto de las monedas se fortalezca contra el billete.

Sin embargo, en Argentina el dólar sube, los bonos lateralizan y las acciones caen 25% en dólares en lo que va del año. Esto hace que los activos locales se distancien de los demás instrumentos de riesgo a nivel global.

Es decir, las variables locales golpean a los activos domésticos, haciendo que tanto las acciones, los bonos como el tipo de cambio tenga una tendencia dispar respecto del resto del mercado global.

El mercado local viene operando de manera distanciada y diferenciada versus los demás mercados.

Los analistas de Balanz indicaron que el conjunto de los activos argentinos (renta variable, renta fija y peso) está mostrando un desempeño flojo en 2025, tanto en términos absolutos y relativos, cuando se lo contrasta con diferentes comparables.

"A pesar de la volatilidad infringida por la política comercial de Estados Unidos, los activos de riesgo a nivel global están teniendo un muy buen año, particularmente aquellos por fuera de EE.UU. Sin embargo, este no es el caso de los activos argentinos. 2025 sigue siendo un mal año para el Merval, que continúa desacoplándose frente al resto de la renta variable a nivel global", afirmaron

Con relación a las acciones, desde Balanz remarcaron que luego de la volatilidad inicial desatada por los anuncios de aranceles de Estados Unidos en abril, la tendencia para todos los índices viene siendo positiva. Incluso el S&P 500, que venía rezagado, pudo encauzar una tendencia positiva, de la mano del sector tecnológico.

No obstante, advierten que el Merval siguió mostrando una dirección descendente, muy a contramano de los demás mercados.

Los analistas de la consultora Outlier, agregaron que si se compara al S&P Merval contra otros índices en lo que va del año, el diferencial es muy significativo.

"El resto de los de la región y "comparables" muestran un desempeño similar, superando al S&P, y un Merval CCL que corre muy por detrás de todos ellos. Pero esto no es nuevo, sino que, desde abril, al menos, el Merval no empeoró. La corrección fuerte fue en el primer tramo del año, luego de lo que había sido la fuerte y exuberante suba de fines de 2024", detallaron.

Hacia adelante, desde la consultora indicaron que siguen creyendo que el Merval (CCL) ajustó en el arranque de 2025 ante un contexto externo que terminó siendo mucho más adverso que el previsto a fines de 2024 y todavía no encontró razones de peso para revertir, al menos parte, esa corrección.

"Veremos si las elecciones son el driver necesario en dicho sentido. Deberían serlo, al menos parcial, si la Administración Milei logra un buen resultado", afirmaron.

El factor político es clave

En este caso, y al igual que en los bonos y el tipo de cambio, el factor político y electoral está jugando un rol clave.

Una de las variables más importantes para los activos locales es la electoral.

Los bonos y las acciones dependen de dicha dinámica ya que los inversores esperan un buen resultado para el Gobierno en las elecciones y que el mismo le permita al oficialismo contar con mayor apoyo legislativo para avanzar en las reformas estructurales.

Un buen resultado en las elecciones permitiría que baje el riesgo país, algo que podría empujar también a la renta variable.

Matías Waitzel, socio de AT Inversiones, consideró que si el mercado empieza a poner en precio un resultado favorable en las urnas, podría haber valor en los bancos, particularmente en Galicia (GGAL) y Supervielle (SUPV).

"Ambos papeles reflejan un castigo excesivo, considerando que son empresas con buenos niveles de capitalización, exposición a la normalización macroeconómica y una sensibilidad directa al flujo financiero local", indicó.

A su vez, para Waitzel, al trade electoral también se le suman otros nombres clave del mercado argentino como YPF y Pampa Energía.

"Estos papeles podrían beneficiarse tanto por la narrativa de recuperación como por drivers específicos: precios relativos bajos, buenas perspectivas de generación de caja y posible entrada de flujos si el riesgo país comienza a comprimirse. Sumado a el increíble desarrollo que vienen haciendo ambas compañías en vaca muerta", dijo Waitzel.

Matías Cattaruzzi, sr. equity research de Adcap Grupo Financiero, detalló que ve valor en el sector de oil & gas, aunque con selectividad.

En ese contexto, ve potencial en acciones de YPF, con un precio objetivo de u$s 50, es decir, 40% de suba desde los valores actuales. Para Pampa Energía (PAM), tiene un precio objetivo de u$s 107, es decir, una suba del 38%. Finalmente, también recomienda mantener una exposición a TGS, y Transener.

Finalmente, Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, sostuvo que espera que el S&P Merval se mantenga lateral, siendo la variable electoral clave sobre el la dinámica de las acciones.

"De cara a las semanas previas a las elecciones, si el Gobierno incrementa su participación a niveles cercanos o superiores al 40%, las acciones bancarias podrían liderar las subas y capturar gran parte de la ganancia del índice", dijo.

Bonos argentinos también distanciados

La distancia que están tomando las acciones contra el resto de los índices globales es una dinámica que se replica también en el mercado de renta fija.

Los bonos en dólares operan con caidas de entre 4% a 6%, cuando en realidad, el promedio de deuda emergente de alto riesgo sube 14% en el año, mientras que los bonos de emergentes en dólares suben más del 4%.

"En lo que va de 2025, el diferencial de tasa de interés de la deuda soberana argentina contra los bonos del Tesoro americano (spread) se ha incrementado , lo cual contrasta con los mercados emergentes de baja calidad crediticia (-35.3pbs) y la deuda de LatAm de grado de inversión (-37.9pbs)", indicaron desde Balanz.

Los analistas de Portfolio Personal Inversiones advierten que la dinámica de la renta fija argentina se encuentra influenciada por lo que viene ocurriendo con las variables domésticas.

"Hasta hace poco, la dinámica de los Globales respondía casi exclusivamente al contexto internacional. Sin embargo, el rechazo al veto presidencial de la ley de emergencia en discapacidad introdujo un nuevo factor de riesgo, es decir, el impacto fiscal adicional que tensiona el esquema económico del Gobierno", dijeron.

Argentina rinde más que sus comparables

Cuando se analizan los rendimientos de la curva soberana argentina y se lo compara con países similares, se observan que el castigo a la renta fija local es elevado.

Contemplando que el tramo corto de la curva soberana argentina de ley local rinde 13,5% y 13,2% los ley NY, si se observan créditos de alto rendimiento, vemos que Argentina rinde por encima de ellos.

Este último selloff de los títulos locales llevaron a que los rendimientos de la deuda argentina esté por encima de créditos emergentes de muy alto riesgo global.

La renta fija de Ecuador a 2030 y 2035 rinden 11,5% y 11,8% respectivamente, es decir, por debajo de la deuda argentina.

También, la deuda local opera con tasas por encima de lo que rinde Sri Lanka a 2035 (9,9%), Gabón a 2030 (11,8%), Angola 2032 (10,5%).

Están más lejos aún países como Turquía, que rinde entre 4,4% y 6,8%, así como también Egipto, que rinde 8,8% o El Salvador, con tasas de entre 6,5% y 7,7%.

De hecho, la Argentina opera con tasas apenas por debajo de Ucrania , que rinde 17,8% a 2030 y 13,8% a 2035.

Es decir, un país en guerra desde hace 3 años contra Rusia rinde 400 puntos básicos más en el título a 2030 y cerca de 200 puntos básicos más en el bono a 2035. Esto indica un fuerte castigo a la deuda argentina.

Los analistas de Delphos Investments resaltaron que las fuertes caídas en la curva soberana hard-dollar ampliaron el spread con el universo comparable, que cada día se ve más lejano.

"Tanto el universo B- como los países de la región continúan siendo demandados, mientras que la curva argentina sigue a contramano. En las últimas semanas no se percibió interés, probablemente por la incertidumbre electoral, y con el ruido político de estos días se profundizó el temor a un escenario electoral peor al esperado", dijeron.

La realidad es que los bonos de mercados emergentes de alto rendimeinto han tenido un muy buen año, con suba de precios de dos dígitos.

Según los analistas de Delphos, si luego de la corrección del Liberation Day la curva argentina hubiese acompañado el movimiento de pares como Angola o Pakistán, hoy estaría rindiendo en torno al 9%.

"El riesgo de cola de un resultado electoral adverso es altísimo para los inversores extranjeros, que aún mantienen fresco el recuerdo de 2019. Argentina es la única curva en rojo en lo que va del año (YTD), mientras que comparables como Pakistán y Mozambique avanzan 12,5%. Aquellos emergentes con procesos electorales favorables mostraron subas muy significativas. Casos como Ecuador suben 28% y Bolivia gana 35% en lo que va del año", indicaron.

El riesgo país argentino se encuentra muy por encima del promedio investment grade de LatAm (150 pb) y del promedio high yield (290 pb).

Apenas dos semanas atrás, estos promedios eran de 170 pb y 310 pb, respectivamente. Argentina es el único país de la región que marcha a contramano.

El spread frente al riesgo país regional se ubica en 390 pb, frente a los 150 pb de enero.

En este contexto, las elecciones se consolidan como el principal catalizador de corto plazo y las de septiembre cobran especial relevancia.En medio del trade electoral, desde Adcap Grupo Financiero no ven grandes catalizadores hasta las elecciones nacionales.

"Aunque mantenemos una visión constructiva en bonos soberanos y esperamos que el Gobierno recupere el acceso a los mercados en los próximos meses, no vemos catalizadores significativos hasta octubre. Como resultado, consideramos un swap táctico reduciendo riesgo en GD35 hacia GD30 y aumentándolo con una combinación de bonos en pesos y BA37, que cuentan con un claro catalizador político en octubre", dijeron desde Adcap.

El peso, también distanciado

Dentro de los activos argentinos, la moneda local también está mostrando señales de debilidad. Es decir, el peso argentino se muestra con una mala dinámica este año, sobre todo cuando se lo compara con el resto de las monedas globales.

El dólar en argentina sube 21,5%, siendo el peso argentino la peor moneda a nivel global en lo que va del año.

Le siguen la Lira turca, que perdió 13% contra el dólar, el Birr de Etiopía, el dólar liberiano y el dinar libio, con mermas de 13% a 9% contra el dólar estadounidense.

Cuando se compara a la dinámica del tipo de cambio local contra las demás monedas de la región, la diferencia es más importante.

El dólar sube 21% en el año, mientras que el real de Brasil se aprecia 13%, el peso mexicano gana 11% y el peso uruguayo se fortaleció 9,7% en el año contra el dólar estadounidense.

Otras monedas de la región como el peso colombiano, el sol peruano, el guaraní paraguayo y el peso chileno evidenciaron una apreciación de entre 2,5% y 9% en lo que va de este año.

Lo cierto es que el tipo de cambio en Argentina sintió el impacto de la salida del cepo, de una economía que aun transita con alta inflación y que estamos en un año clave para la política local dado que hay elecciones legislativas en octubre.

Esto hizo que la moneda local tenga una performance dispar respecto del resto de las monedas a nivel regional y global.

"En un año caracterizado por el debilitamiento del dólar a nivel global, el peso argentino tuvo una trayectoria bien diferente al resto de la región. Mientras que las monedas de LatAm evidenciaron apreciaciones de entre el 5% y el 10% respecto a la moneda estadounidense, al igual que la mayoría de los países desarrollados, el peso (medido en CCL) experimentó ciclos de fuerte depreciación", sostuvieron desde Balanz.

El mercado no ve que estemos de frente a un panorama de mayor volatilidad cambiaria hacia adelante.

El Gobierno tiene como objetivo que el tipo de cambio se mantenga estable y que con ello, el proceso de desinflación continúe.

Para ello, el equipo económico sigue utilizando el ancla fiscal como pilar fundamental, mientras que, desde lo cambiario, se lleva a cabo un proceso de fuerte apretón monetario.

El hecho de que no sobren pesos en la economía es una clave para que la presión cambiaria se vea reducida.

La volatilidad en el tipo de cambio llegó a niveles de 40% analizado en el último rally, sin embargo, tras la estabilidad cambiaria de los últimos días, volvió a colapsar.

De esta manera, el consenso de los analistas es que la estabilidad en el tipo de cambio podría continuar de cara a las elecciones y los próximos meses.

De cara a las próximas semanas, y dado el contexto electoral, Maximiliano Bagilet, gerente comercial de TSA Bursátil, no cree que estemos en un escenario de presión cambiaria inminente.

"No vemos presión cambiaria de corto plazo, más aun considerando que el sesgo de la política monetaria mantendrá un sesgo marcadamente contractivo. Además, tanto el Tesoro como el BCRA se mantendrán al margen del mercado de cambios, eso también es importante. Dado que tendremos las elecciones en PBA y nacionales, las condiciones no parecen estar dadas para un salto cambiario", anticipó.