Primero fue el recorte del PIB anual, después la suba del precio de los combustibles, y por último el tropezón de las manufacturas del gigante asiático; y mientras que los mercados miran a China como si de un oráculo se tratase, se ajustan el cinturón, destaca el informe semanal desde Nueva York de saladeinversión.com, cedido a Cronista.com
Las dudas sobre el crecimiento de la segunda mayor economía del mundo recortaron parte de las ganancias que amasaba Wall Street desde comienzos de año gracias a unos pronósticos que quizás a hora se perciban como demasiado optimistas.
En un entorno en el que prima la cautela en los mercados, examinamos con detenimiento la agenda macroeconómica cuyos cimientos esta semana son la última revisión del PIB del cuarto trimestre, anticipada sin cambios en el 3%, los ingresos y gastos personales, con subas estimadas de 0,4% y 0,6% respectivamente en febrero, y los pedidos de bienes duraderos para los que se pronostica un aumento del 3%.
Recordemos que los nuevos pedidos de los bienes fabricados para durar al menos entre tres y cinco años, se anotaron en enero su peor caída en 36 meses, al desplomarse la demanda en forma generalizada, desde maquinaria industrial hasta aviones, sugiriendo que la economía comenzó el nuevo año mucho más debilitada de lo que se pensaba.
Por otra parte, el índice de confianza del consumidor que elabora el grupo privado Conference Board medirá el grado de optimismo de los estadounidenses, principal motor económico en los EE.UU., que en febrero subió a su mejor nivel en un año gracias a que la mejora en el mercado laboral atenuó el encarecimiento del combustible.
Otras importantes referencias industriales que se conocerán estos días son los índices de manufacturas de Chicago y de Milwaukee, así como los índices de actividad de la Fedde Dallas, Kansas y Richmond, todos ellos del mes de marzo. En cuanto al PMI de Chicago, los analistas anticipan un leve descenso a 63,2 puntos desde los 64 registrados en febrero.
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