El director del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi hizo una conferencia ayer en la que resaltó la creciente fortaleza económica de la eurozona, aunque a la vez advirtió que la inflación sigue lejos de los objetivos de la entidad que preside. Por ello, argumentó, las medidas de estímulo extraordinarias siguen siendo necesarias. El euro subió a máximo de dos años luego del discurso y se extendió la debilidad del dólar, que ya acumula una baja de casi 10% en lo que va del año.
"El BCE estará en el mercado por un tiempo prolongado" y de esta manera evitó hacer declaraciones sobre cuando se iniciara la retirada de los estímulos que el banco central del viejo continente viene desarrollando desde 2015. El tapering (como se conoce al proceso de reducción gradual de las compras de deuda) no se ha discutido aún y su momento llegará en otoño. Aun así, luego precisó que eso no anula la posibilidad de que se produzcan novedades en la reunión del próximo 7 de septiembre, fecha en la cual el BCE realizará una revisión de sus objetivos de crecimiento económico e inflación que podría ayudar a Draghi a justificar sus próximos pasos.
El euro recibió las palabras de Draghi con un fuerte avance y se coloca en máximos de dos años, por encima de 1,16 dólares y en lo que va del año, la moneda común acumula una suba de 12,5%, pasando de mínimos de 1,03 a los valores actuales de 1,163 dólares.
El dólar por su parte viene transitando un año difícil, en el que registra una caída de 9,4% desde los máximos de 104 puntos del Dollar Index en enero hasta los valores actuales de 94 puntos.
Detrás del movimiento de los precios y de las noticias podemos rescatar dos cosas interesantes. Por un lado vemos que los dos bancos centrales más importantes del planeta profundizan sus diferencias respecto de las políticas monetarias que vienen llevando en los últimos meses ya que la Fed de Janet Yellen no sólo ha iniciado un proceso de suba de tasas sino que también se encuentra en debate sobre el inicio de la disminución de la hoja de balance que acumulo en todos los últimos años.
El BCE por el contrario deja sin cambios su política monetaria ultra-expansiva, manteniendo las tasas en mínimos récord e incluso dejando también abierta la puerta a más compras de activos si empeora el panorama económico.
Por otro lado vemos que el impacto en la caída del dólar a nivel global no causa las tradicionales subas en materias primas, dando a entender que la correlación negativa entre materias primas y el dólar no es tan firme como solía ser en el pasado Para dar como ejemplo, el dólar ayer perdió 1% frente al resto de las monedas y el petróleo finalizo sin grandes cambios la rueda mientras que el oro y la plata apenas se movieron 0,4% al alza. En lo que va del año el oro acumula una suba de 8% mientras que el petróleo se ubica un 14% debajo de los valores de comienzo de año a la vez que el dólar ha subido un 9,4% en los primeros 7 meses del año.
Probablemente las políticas monetarias aplicadas por los distintos bancos centrales para salvar sus respectivas económicas generaron un cambio en las correlaciones entre los principales activos financieros y por ello es que estamos viendo tales movimientos que no coinciden con lo que históricamente estamos acostumbrados a ver.