La apuesta del Banco Central de Brasil (BCB) por un mayor ajuste monetario para combatir la inflación - que llevó la tasa referencial de interés (Selic) en 25 puntos básicos hasta 11,25% la semana pasada - incrementó las expectativas de los analistas, que ahora prevén que el ciclo de subas continuará el año que viene.
De acuerdo a los datos divulgados por la encuesta Boletín Focus del BCB, la mediana de las proyecciones para el próximo año se elevaron de 11,5% a 12%. Sin embargo, este nivel no sería suficiente para aliviar el incremento de precios.
Los analistas estiman que la inflación permanecerá durante este año en 6,45%, muy cerca del techo de la meta oficial que lo sitúa en 6,5%. En tanto, el promedio para los próximos doce meses subió de 6,37% a 6,38% y el de 2015 avanzó de 6,3% a 6,32%.
Algunos especialistas consideran que el sorpresivo aumento de la Selic también respondió a la devaluación que sufrió el real en el período electoral y su posible impacto sobre la inflación.
En este sentido, la encuesta Focus reflejó que el mercado espera, de todos modos, un real más débil para el año que viene. Los pronósticos aumentaron de R$ 2,40 a R$ 2,45 a finales de 2014 y de R$ 2,50 a R$ 2,55 para finales de 2015.
Mientras tanto, la moneda brasileña sigue en movimiento, en línea con la apreciación del dólar, ante la preocupación de los inversores frente a la capacidad de Dilma para promover un ajuste de la política fiscal. En la jornada de ayer, la divisa se debilitó 0,87% hasta las 2,4988 unidades por dólar.
La noticia no es buena para la Argentina, ya que la relación con Brasil está concentrada esencialmente en dos vías, la paridad cambiaria y el comercio exterior.
"Por ambas vías, habrá tensiones porque está la chance de que la economía brasileña requiera un tipo de cambio real más alto y una recomposición de su superávit comercial", advirtió un informe de la consultora M&S, que dirige el economista Carlos Melconián.
De suceder en el tiempo ambos reacomodamientos macro, tomarían a la economía argentina con la guardia baja: con un tipo de cambio real oficial erosionado por la inflación, un mercado cambiario seco de dólares, exportaciones en caída, reservas en el Banco Central insuficientes y recesión.
La cuestión del tipo de cambio es relevante teniendo en cuenta el punto del cual se parte: "sin colchón para Argentina", apuntó M&S. Es que según la consultora, el tipo de cambio real bilateral peso - real (los tipos de cambio nominales de cada país ajustado por las respectivas tasas de inflación), se encuentra en el nivel más desfavorable para Argentina desde 2002.
No llega a ser tan desfavorable como en el trienio 1999 -2001 cuando Brasil había devaluado y la Argentina todavía no, pero ya está peor que en 1998.