Estados Unidos y Francia se apuraron el miércoles a garantizar una tregua temporal entre Israel y Hezbollah mientras el jefe militar israelí decía a las tropas que se prepararan para una posible ofensiva terrestre en Líbano. El presidente estadounidense, Joe Biden, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, participaron en el impulso diplomático en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, según personas informadas sobre la situación. Uno de ellos dijo que su objetivo era un alto el fuego de 21 días, durante los cuales los mediadores trabajarían en un acuerdo a más largo plazo. La interrupción de la escalada del conflicto se utilizaría para trabajar en la plena aplicación de una resolución de la ONU alcanzada en 2006 para poner fin a un conflicto anterior entre Israel y el grupo respaldado por Irán, que exige cambios como la desmilitarización del sur del Líbano a lo largo de la frontera israelí, dijo la persona. El presidente francés Macron dijo este miércoles que "no debe haber guerra en Líbano", y añadió que iba a enviar al ministro de Asuntos Exteriores, Jean-Noel Barrot, a Beirut a finales de semana como parte de los esfuerzos para evitar una guerra total. "Pedimos firmemente a Israel que detenga la escalada en Líbano y a Hezbollah que deje de disparar contra Israel", declaró a los delegados de la Asamblea General. EE.UU. y Francia se preparaban para hacer un llamado a una tregua temporal el miércoles, pero Hezbollah había solicitado enmiendas a su declaración, lo que no dejaba ninguna certeza en cuanto a si se acordaría, dijo una de las personas. El impulso diplomático se produce mientras el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa deIsrael (FDI), teniente general Herzi Halevi, dijo a las tropas que los ataques aéreos sobreLíbano no sólo tenían como objetivo "degradar" a la organización libanesa, sino "preparar el terreno para su posible entrada". "Estamos preparando el proceso de una maniobra, lo que significa que sus botas militares, sus botas de maniobra, entrarán en territorio enemigo, entrarán en pueblos que Hezbollah ha preparado como grandes puestos militares avanzados", dijo. El discurso constituyó la amenaza más explícita de Israel de llevar a cabo una ofensiva terrestre desde que hace tres días iniciara un intenso bombardeo aéreo sobre Líbano, golpeando miles de objetivos que, según dijo, estaban vinculados a Hezbollah, apoyado por Irán, al tiempo que mataba a cientos de personas y aumentaba el temor a una guerra total. En una muestra de la preocupación de Estados Unidos por la escalada del conflicto enMedio Oriente, Biden declaró este miércoles que estaba "empleando toda la energía" de la que dispone para intentar detener los combates, con la esperanza de que un "alto el fuego en Líbano" pudiera allanar el camino para "ocuparse de Cisjordania [ocupada]" y Gaza. Biden afirmó que las naciones árabes de la región estaban "dispuestas a llegar a acuerdos con Israel y a establecer alianzas si Israel cambia algunas políticas". Pero su lenguaje contrastó con el llamamiento de Halevi a las tropas israelíes para que se prepararan para entrar en Líbano, en lo que sería la primera invasión israelí del país desde que ambas partes libraron una guerra de 34 días en 2006. Las FDI dijeron que estaban convocando a dos brigadas de reserva, lo que "permitiría continuar el combate" contra Hezbollah para defender el territorio israelí y permitir el regreso a sus hogares de los residentes del norte de Israel desplazados por el conflicto transfronterizo, que se ha estado latente desde el ataque de Hamás contra el Estado judío en octubre pasado. Sin embargo, Israel aún no ha movilizado a los reservistas militares a la escala que lo hizo cuando lanzó su ofensiva contra Hamás en Gaza hace 11 meses. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó que la operación militar continuaría. "No puedo entrar en detalles sobre todo lo que hacemos, pero puedo decirles una cosa: estamos decididos a devolver a nuestros residentes en el norte sanos y salvos a sus hogares", afirmó en un breve video. Los ataques aéreos israelíes han matado a más de 600 personas esta semana, 51 de ellas el miércoles, según las autoridades libanesas. Según la Organización Internacional para las Migraciones, al menos 90.000 personas se han visto desplazadas por la violencia en Líbano. A primera hora del miércoles, las sirenas sonaron en Tel Aviv cuando Hezbollah disparó por primera vez un misil balístico contra Israel. Hezbollah declaró que el misil balístico Qader 1, más destructivo y de mayor alcance que los cohetes que el grupo ha disparado hasta ahora en el conflicto, tenía como objetivo la sede de la agencia de inteligencia israelíMossad en las afueras de Tel Aviv. Aunque fue interceptado por las defensas aéreas israelíes, sin que se registraran daños ni heridos, el lanzamiento supuso uno de los intentos de ataque más profundos del grupo hasta la fecha y el primero dirigido contra el centro económico de Tel Aviv. El Qader 1 como un misil balístico de medio alcance desarrollado en Irán y probado por primera vez en 2015. Los analistas creen que puede transportar una ojiva de 750 kg y alcanzar objetivos a 1600 km de distancia. Hezbollah también reveló que esta semana utilizó por primera vez cohetes Fadi. Estos cohetes tienen un alcance de entre 70 km y 100 km, mayor que los utilizados hasta ahora por el grupo. Israel se ha estado preparando para un fuego más intenso de Hezbollah después de que las FDI iniciaran el lunes fuertes incursiones en los bastiones del grupo. Este miércoles, la aviación israelí volvió a bombardear Líbano con renovada ferocidad, ampliando la campaña a nuevas regiones del país fuera de las zonas dominadas por Hezbollah. Han provocado un éxodo de residentes del sur del Líbano, ya que las familias, presas del pánico, han huido a zonas más seguras. Las ofensivas de Hezbollah han aumentado en respuesta a los ataques israelíes, y el grupo ha atacado más profundamente a Israel. La mayoría de sus proyectiles han sido interceptados por las defensas aéreas israelíes, pero se cree que el grupo dispone de grandes reservas sin utilizar. Más de 3000 personas resultaron heridas y 37 murieron en todo Líbano la semana pasada cuando los dispositivos de comunicación de Hezbollah detonaron en masa. El grupo culpó a Israel del ataque, aunque el gobierno israelí no ha hecho comentarios directos.