El presidente de Argentina, Javier Milei, se comprometió a aumentar parte del gasto social después de casi dos años de austeridad, en un inusual pedido de paciencia a los votantes mientras su administración tambalea por un escándalo de corrupción y un mal resultado en las elecciones locales. Al presentar el lunes su propuesta de presupuesto 2026, un Milei inusualmente contrito prometió aumentar el gasto en pensiones, educación y salud en un 5%, 8% y 17% respectivamente por encima de la inflación, al tiempo que reafirmó su "compromiso inquebrantable con el equilibrio fiscal". Anteriormente había vetado proyectos de ley aprobados por el congreso, dominado por la oposición, que incrementaban el gasto en esas áreas. "Nos ha costado mucho llegar hasta acá. Todos hemos hecho enormes esfuerzos para sacarnos del pozo en el que estábamos cuando este gobierno asumió", dijo Milei. "Y aunque el camino es arduo, la dirección es la correcta". Milei atraviesa una crisis política tras una sorpresiva derrota aplastante en las elecciones locales de la provincia de Buenos Aires, hogar de casi el 40% de los argentinos. Está bajo presión para impulsar su menguante popularidad de cara a las elecciones de medio término del 26 de octubre, donde espera ampliar la pequeña minoría de su partido libertario en el congreso. El peso argentino ha caído más del 6% desde las elecciones de este mes, mientras que la brecha entre los rendimientos de su deuda y los de los bonos del Tesoro estadounidense ha subido 2,3 puntos porcentuales, hasta 11,4%. Poco antes de la votación en Buenos Aires, su hermana y jefa de gabinete quedó envuelta en un escándalo de corrupción. Los encuestadores señalan que los votantes se han desilusionado por el escándalo y por la desaceleración de la recuperación argentina tras el gran éxito inicial de Milei en el control de la inflación. El crecimiento económico se ha estancado en los últimos meses mientras el gobierno sigue priorizando contener las presiones inflacionarias. "Quiero decirles a todos los argentinos que, a pesar del éxito que hemos tenido en corregir décadas de desastre, entendemos que muchos todavía no lo ven reflejado en su realidad material", afirmó Milei, en una inusual desviación de su típica defensa combativa de sus políticas. "Bajo nuestro plan, los primeros años fueron diseñados para ser los más duros... más allá de la turbulencia actual, lo peor ya pasó", agregó. El proyecto de presupuesto prevé un superávit fiscal primario del 1,5% del PBI el próximo año, o un superávit de 0,3% una vez contabilizados los pagos de deuda. Milei señaló que incluía "el nivel más bajo de gasto nacional como proporción del PBI en los últimos 30 años". La proyección para 2026 está ligeramente por debajo del superávit primario del 1,6% que el gobierno espera alcanzar este año, según un acuerdo de préstamo de 20.000 millones de dólares alcanzado con el FMI en abril. También está muy por debajo del superávit primario del 2,5% que el organismo afirma que Argentina debe alcanzar "a mediano plazo" para compensar el aumento previsto de sus costos de servicio de la deuda. El presupuesto necesitará aprobación legislativa para entrar en vigor. Milei aún no ha logrado aprobar un presupuesto en el congreso, recurriendo en cambio a prorrogar el presupuesto de 2023, cuyos números han sido erosionados por la inflación descontrolada, lo que le otorga al gobierno amplia discrecionalidad en el gasto. Lucas Romero, director de la consultora política Synopsis, dijo que el impacto del pedido de paciencia de Milei podría verse debilitado por su "enfoque casi exclusivo en el equilibrio fiscal como fuente de todo lo bueno". "Es un recurso que perderá fuerza si la gente no logra sentirlo", agregó.