En las elecciones parlamentarias de este año, los votantes estadounidenses se encuentran frente a una oferta diferente: el espectáculo de los multimillonarios que compiten entre sí.
Tom Steyer, inversor alineado con los demócratas que está desplegando su fortuna para resaltar la amenaza del cambio climático, puso al aire anuncios televisivos en los que se critica no a los republicanos sino a los multimillonarios Charles y David Koch.
Los spots son mayormente trucos publicitarios apuntados a levantar el perfil público de los hermanos y demonizar su rol en el respaldo de causas conservadoras. Pero la campaña en contra de los Koch refleja una tendencia genuina, el enorme crecimiento del gasto en política que hacen norteamericanos ricos por fuera de los canales de campaña.
Esa inversión realizada por medio de los supercomités de acción política (PAC) (organismos que no están regidos por los topes a las donaciones y no pueden coordinar con candidatos) explotó en los últimos años.
Pero el mayor salto en la previa a las elecciones parlamentarias de 2014 se ve en los canales de dinero oscuro, que son fondos donados por grupos sin fines de lucro y asociaciones de empresas. A diferencia de las campañas y los súper PAC, las donaciones no deben que ser declaradas y su gasto se puede controlar sólo analizando sus compras de publicidad y declaraciones impositivas.
Para las elecciones de noviembre, los desembolsos de tales organismos ya son tres veces superiores a los registrados en la campaña presidencial de 2012 y 17 veces mayores a los de las elecciones de mitad de término de 2010.
Esta es realmente una tormenta perfecta de gasto político, aseguró Michael Toner, ex jefe de la Comisión Federal Electoral alineado con los republicanos, y que supervisa la financiación electoral.
A este ritmo, estos grupos podrían invertir más de u$s 1.000 millones en las elecciones de 2014, según un informe de Robert Maguire del Centro para la Política Responsable en Washington. Pero Maguire sostiene que esto refleja sólo parte del gasto de dinero oscuro, porque las grandes sumas pueden ser declaradas recién antes de las elecciones. Hay todo otro mundo de dinero además de éste que nunca se da a conocer, explicó.
Entre los que más gastaron hasta ahora se encuentran dos grupos conservadores, Americans for Prosperity y Freedom Partners. Ambos reciben fondos de los hermanos Koch y la red de conservadores que apoyan en su causa.
Los demócratas tienen en Steyer a su propio multimillonario, que prometió u$s 100 millones antes de noviembre, aunque es un cifra muy inferior a la de los Koch y apunta a una única causa, el cambio climático.
