
Cuando Vladimir Putin se reunió con el presidente Xi Jinping, lo que llamó más la atención fue la firma del memorándum de entendimiento para un segundo acuerdo de abastecimiento de gas.
Para el presidente ruso, el mayor atractivo de ese acuerdo no son sus beneficios comerciales sino que le permite avanzar en un objetivo estratégico mayor: afianzar lazos con su vecino oriental.
Según oficiales rusos y analistas de seguridad, el peor estancamiento de Moscú con Occidente desde el fin de la guerra fría convenció al gobierno de Putin de que debe atar sus intereses de seguridad a China, porque la arquitectura de seguridad euroatlántica se quebró sin posibilidad de reparación.
"La cooperación entre Rusia y China es extremadamente importante para mantener la paz en el marco del derecho internacional, lo que la hace más estable," aseguró Putin a su par chino sólo dos semanas después de haber acusado a EE.UU. de desestabilizar el mundo violando el derecho internacional.
Se espera que la nueva doctrina militar rusa apunte a la OTAN y a EE.UU más claramente porque la crisis de Ucrania dañó las relaciones de Moscú con la alianza occidental. La actual doctrina menciona como "peligros militares externos" sólo la expansión de la OTAN, el despliegue de tropas extranjeras en estados vecinos, la desestabilización en determinados países y uso de sistemas de defensa misilística.
Allegados al documento que se publicará el mes próximo sostienen que en la nueva versión la OTAN y EE.UU. serían designados abiertamente como amenazas o adversarios.
Los diplomáticos y analistas rusos también afirmaron que Moscú espera que la Organización de Cooperación de Shanghai, fundada por China, Rusia, Kazakhstán, Kyrgyzstán y Tadjikistán en 1996, se convierta en una alianza de seguridad más significativa.
Si bien la OTAN tiene pocas intenciones de recibir a Ucrania y a Georgia en la alianza, los países miembro ven imposible desde el punto de vista político descartar abiertamente su ingreso para mantenerlos como amortiguadores entre la alianza occidental y Rusia.
Putin tiene pocas ilusiones de que las cosas se simplifiquen. El próximo presidente norteamericano casi seguramente mantendrá una línea más dura con Rusia que Barack Obama. "Eso obliga a Rusia a tomar una dirección diferente hacia China e Irán, fuera del sistema internacional occidental", aseguró Cliff Kupchan, presidente de la consultora de riesgo Eurasia Group.
Moscú ya mostró a la OTAN lo que eso significa. En los últimos dos años, la fuerza aérea rusa sondeó el espacio aéreo de los miembros de la OTAN con mayor frecuencia y alcance, obligando a los militares europeos a lanzar aviones caza.











