
Los planes republicanos de reforma tributaria podrían perjudicar a uno de los electorados políticamente más influyentes de Estados Unidos. Los lobistas del sector agropecuario advierten que parte de su sector podría terminar pagando más impuestos a raíz de las modificaciones propuestas. Están manteniendo encuentros en el Capitolio para asegurarse de que sus representados no pierdan exenciones impositivas que, según ellos, son vitales para que el sector siga siendo rentable.
La administración insiste en que los granjeros y ganaderos estarán mejor si se aplica el plan del presidente. Pero eso depende de detalles que surgirán del Congreso.
"Hay varias personas que intentan garantizar que su objetivo no es subir los impuestos que pagan los productores agropecuarios, y creo que probablemente sea así, pero no hemos visto ningún detalle que nos brinde un motivo para no estar muy preocupados en este punto", dijo Chuck Conner, CEO del National Council of Farmer Cooperatives.
El senado la semana pasada aprobó una resolución presupuestaria clave que reavivó el optimismo entre los republicanos de que podrán bajar los impuestos antes de las elecciones de mitad de término del año próximo, pero la verdadera batalla está por venir dado que todavía no se publicó ningún proyecto de ley tributaria.
Patricia Wolff, directora de relaciones con el Congreso en la American Farm Bureau Federation, dijo que muchos productores agropecuarios ya pagan una alícuota efectiva inferior a 20%, por lo que quieren asegurarse de no terminar pagando impuestos más altos como resultado de la eliminación de una serie de deducciones tributarias.
Les preocupan los posibles límites para las deducciones de intereses y el destino de una exención impositiva apuntada a apoyar la producción local en EE.UU.











