Cuando a Mitt Romney se le preguntó el año pasado, durante su campaña presidencial, qué opinaba sobre la manera en que Barack Obama destacaba la desigualdad, contestó que esos debates eran una guerra de clases.
Creo que está bien hablar de esas cosas en habitaciones de aislamiento, y en discusiones sobre la política fiscal o similares, afirmó. Difícilmente algún candidato a un alto cargo, ya sea republicano o demócrata, tome hoy esa postura.
El tema de la desigualdad, afianzada por décadas de estancamiento salarial en la clase media, empezó a formar parte de los debates políticos.
Si bien la brecha entre ricos y pobres durante mucho tiempo no fue un problema, la lenta recuperación pos-crisis puso de manifiesto lo difícil que es revertir una tendencia que debilita en Estados Unidos las esperanzas de movilidad social.
Muchas políticas ahora responden al hecho de que ningún partido sabe qué hacer con eso, contó William Galston, de Brookings Institution, y ex funcionario de la Administración Clinton.
La típica familia norteamericana ahora gana menos en términos reales que en 1989, según un informe de septiembre del la Oficina de Censos de EE.UU., que registró que los ingresos de los hogares están cayendo por quinto año consecutivo.
Al mismo tiempo, se incrementó la parte de la riqueza que llega al 1% de la población más adinerada. En los tres años hasta 2012, el 1% de los ingresos más altos subió 31%, según un estudio de Emmanuel Saez, de la Universidad de California, Berkeley, mientras que el resto se elevó sólo 0,4%.
En resumen, los que más ganan están cerca de haberse recuperado totalmente (tras la crisis financiera), mientras que el 99% restante apenas empezó a hacerlo, explicó Saez.
Si bien el debate más intenso se da entre los demócratas, el éxito de los ricos también forma parte de los discursos de los republicanos, como Ted Cruz, el senador de Texas y probable candidato presidencial en 2016.
Ustedes saben que el 1% que más tiene, los millonarios y multimillonarios de los que tanto le gusta hablar al presidente todo el tiempo, obtiene una proporción de nuestros ingresos que nunca fue tan elevada desde 1928, aseguró Cruz en un reciente discurso en Washington.
Si bien los republicanos culpan a las políticas de Obama por el estancamiento de los salarios, el hecho de que reconozcan la creciente desigualdad recalca la fuerza que tiene el tema entre los votantes.
