Las turbulencias en el sector bancario, provocadas por la quiebra de Silicon Valley Bank, han suscitado nuevas dudas entre los inversores sobre las perspectivas de las tasas de interés y los rendimientos de los bonos, en un momento en que las presiones inflacionarias en todo el mundo siguen siendo incómodamente altas. Los bancos centrales de ambos lados del Atlántico han insistido repetidamente en su determinación de controlar la inflación galopante. Pero nuevas subas de tasas podrían crear más inestabilidad en el sector bancario y aumentar el riesgo de empujar a las economías a la recesión. A principios de abril, los mercados financieros calculaban en un 50% la posibilidad de una alza de 25 puntos básicos de las tasas estadounidenses en mayo, seguida de un descenso a alrededor del 3% a fines del año próximo. Sin embargo, Jim Cielinski, responsable mundial de renta fija de la gestora de activos Janus Henderson, espera que la Reserva Federal mantenga las tasas en su nivel máximo durante más tiempo de lo que el mercado considera actualmente, debido a que los funcionarios no han logrado su principal tarea: garantizar la estabilidad de precios. "La idea de que las tasas de Estados Unidos se pueden reducir a la primera señal de problemas, y que los bancos centrales flexibilizarán más si las condiciones se ponen difíciles... esa era ha terminado", dice Cielinski. Cielinski cree que la inflación general de EE.UU. ha superado su máximo, pero seguirá siendo estructuralmente más alta, y es poco probable que vuelva a los niveles fijados como objetivo por la Fed. Esto hace que los inversores tengan que enfrentarse a mayores riesgos de inflación, mayores riesgos geopolíticos y más incertidumbre sobre la senda de la política monetaria. "La parte delantera de la curva de rendimientos en la mayoría de los mercados de bonos soberanos ofrece el equilibrio más atractivo entre riesgo y recompensa", afirma Cielinski. "La curva de rendimientos de EE.UU. está fuertemente invertida y no está claro por qué un inversor preocupado por la inflación preferiría un bono del Tesoro a 10 años frente a los bonos del Tesoro a dos o cinco años". A Stephen Jones, director de inversiones de renta fija de Aegon Asset Management, también le preocupa que los inversores confíen demasiado en que la inflación vuelva a niveles muy bajos. Aegon recomienda a sus clientes que se queden con activos de renta fija menos arriesgados, como bonos del Estado a corto plazo y bonos con grado de inversión. "Los inversores pueden considerar añadir duración -activos de renta fija que son más sensibles a los cambios en las tasas de interés- más adelante en el año, cuando las perspectivas de la política monetaria se aclaren", sugiere Jones. La incertidumbre sobre las perspectivas de inflación y tasas de interés, combinada con el peligro de que los problemas se extiendan por el sector bancario, ha aumentado la volatilidad en el mercado de bonos. El índice Ice BofA Move -una medida de la volatilidad del mercado de bonos- ha subido a niveles vistos por última vez cuando Lehman Brother implosionó en 2008. Fraser Lundie, responsable de renta fija y mercados públicos de Federated Hermes, afirma que los bancos centrales tratarán de "mantener la línea" en la política de tasas de interés, pero que los acontecimientos disruptivos podrían volverse más frecuentes. "Los funcionarios serán conscientes de que las cosas ya se están rompiendo debido al endurecimiento de la política monetaria, con las dificultades en el sector bancario de EE.UU. sólo unos meses después de que los problemas de liquidez de los fondos de pensiones del Reino Unido desencadenaran una crisis en el mercado del gilt [bonos británicos]", señala. Federated Hermes afirma que los bonos con grado de inversión y los convertibles estadounidenses y europeos parecen más atractivos como resultado de los cambios de precios que se produjeron durante la crisis bancaria de marzo. Se posiciona con más cautela en bonos de alto rendimiento de menor calidad, donde los emisores más pequeños y las empresas privadas tienen menos palancas de las que tirar si el negocio subyacente tiene problemas. Henrietta Pacquement, responsable del equipo de renta fija global de la gestora estadounidense Allspring, afirma que "no es una sorpresa" que empiecen a aparecer señales de tensión, dada la velocidad de las subas de las tasas de interés en los últimos 12 meses. "Las empresas tienen que hacer frente al aumento de los costos y de los salarios, por lo que hemos superado el punto álgido de la salud financiera del sector corporativo", afirma Pacquement. Los bonos con grado de inversión siguen pareciendo atractivos para Allspring en este "entorno económico menos indulgente" y el gestor también espera que se abran oportunidades en las partes de alto rendimiento de la renta fija a fines de este año, cuando las valoraciones se pongan al día con el deterioro de los fundamentals corporativos. De cara al próximo año, Steve Ellis, director de información global de renta fija de Fidelity International, cree que la amenaza de una contracción del crédito para las empresas estadounidenses -debido a los problemas del sector bancario y al creciente riesgo de un aterrizaje forzoso de la economía estadounidense- podría obligar a la Fed a recortar drásticamente su principal tasa de interés oficial. Añadir "duración" -exposición a bonos más sensibles a las variaciones de las tasas de interés- en el crédito estadounidense con grado de inversión puede ser una opción atractiva en esta fase del ciclo, dada su exposición defensiva al riesgo de cualquier aterrizaje brusco. "Los inversores deberían querer asumir más riesgo de tipos de interés, dado que la Fed ya está proporcionando liquidez adicional y es probable que flexibilice la política monetaria a finales de este año", afirma Ellis. Los bonos estadounidenses ligados a la inflación a diez años ofrecen un 1,28% anual por encima de la inflación en EE.UU., lo que constituye una forma atractiva de protegerse contra la inflación, según Fidelity. Sin embargo, el gestor de activos sigue mostrándose cauto sobre el mercado de bonos basura estadounidense, donde la rentabilidad media de alrededor del 8,2% sigue implicando un nivel muy bajo de defaults -alrededor del 3%- este año. "No está claro que los precios de los bonos de alto rendimiento estadounidenses ofrezcan suficiente protección, dado que la economía estadounidense se enfrenta a una crisis crediticia y a un aterrizaje forzoso", advierte Ellis.