Se la promociona como la venta del siglo para los asiáticos multimillonarios; como una operación capaz de quebrar el precio récord alcanzado por una vivienda en Australia. Elaine, una mansión victoriana sobre la Bahía de Sidney que salió a la venta ayer, fue valuada por su agente inmobiliario en 100 millones de dólares australianos (u$s 87,5 millones), convirtiéndose en un potencial símbolo de bonanza del mercado de propiedades de la ciudad, o de espuma como algunos aseguran.

Los compradores extranjeros, en particular de China, están comprando bienes raíces en Sidney como inversión segura de largo plazo, aseguró Howard Tanner, prominente arquitecto que trabajó con la familia propietaria de la mansión en las propuestas para restaurarlas. Hay muchas razones para creer que se obtendrá un precio récord, explicó.

De hecho, se dice que los casi legendarios compradores chinos y de otros países son quienes alimentaron las zonas calientes del mercado inmobiliario en todo el mundo, desde Londres y el Algarve hasta Miami Beach.

Y en Australia también los compradores extranjeros, junto con el dinero barato y las limitaciones en la oferta, ayudaron a subir los valores de las viviendas. Esta situación llevó a algunos expertos a advertir sobre el surgimiento de una burbuja inmobiliaria en ciertas ciudades grandes del país.

Los precios en Sidney treparon 15,1% el año pasado, lo que colocó la cotización promedio de una vivienda en 793.169 dólares australianos.

En las ciudades de Melbourne y Perth, los valores de las propiedades subieron 8%, según Australian Property Monitors, un proveedor de información para bancos y agentes de bienes raíces.

Creo que estamos viendo la formación de una espectacular burbuja inmobiliaria. El fácil acceso a la vivienda se está haciendo pedazos con precios, aseguró Steven Keen, profesor de economía y autor del blog Debtwatch.

Los aumentos de las cotizaciones de propiedades son producto de una combinación de tasas de interés históricamente bajas, mayor inversión extranjera en particular proveniente de China, escasez de viviendas de calidad y generosos incentivos fiscales para inversores.