La reñida competencia en el caucus de Iowa produjo un confuso caleidoscopio de mensajes mezclados para los republicanos, lo que pone de manifiesto las dificultades del partido para congregarse en torno a un candidato capaz de ganarle al presidente Barack Obama.

El resultado final le dio la victoria por ocho votos a Mitt Romney, el ex gobernador de Massachusetts que es generalmente considerado el favorito para la nominación, y dejó segundo a Rick Santorum, un ex senador por Pennsylvania; este es un final tan disputado que casi equivale a un empate.

Dado que las expectativas para él se mantuvieron bajas hasta la última semana de campaña, Romney puede alegrarse tanto de haber ganado como de haber destruido a dos candidatos que hasta hace poco eran considerados sus principales rivales: Newt Gingrich, el ex presidente de la Cámara de Representantes y Rick Perry, el gobernador de Texas. Esto fue una prueba de su respaldo, pero podría traducirse en dos potencialmente peligrosos enemigos, particularmente en el caso de Gingrich.

Pese a que logró la victoria, quedó en evidencia sus dificultades para elevarse sobre el nivel de 25% de los votos, tanto en las encuestas como en la votación de Iowa, porque los conservadores se han inclinado por uno u otro candidato en busca de una alternativa a Romney, lo que subraya la profunda desconfianza que despierta en la derecha de su partido.

El caucus de Iowa, considerado una medición relativamente excéntrica en las primarias presidenciales, es normalmente un preludio para la contienda de New Hampshire, un indicador más importante.

Pero este año la primaria de New Hampshire podría ser más bien un calentamiento para otro caucus que aparece como vital para los republicanos: Carolina del Sur.

Romney está bien ubicado para New Hampshire, que será el 10 de enero, donde se espera que gane. Pero la verdadera prueba de si los conservadores se sumarán a Romney probablemente no llegue hasta la votación en Carolina del Sur, 11 días más tarde.

Romney tiene una serie de obstáculos que superar en el sur. Por empezar, es mormón en un estado donde el Partido Republicano está dominado por evangélicos, muchos de los cuales sospechan de su religión.

Además, ha tenido dificultades para demostrar a los miembros más radicales del partido que vienen arrastrando a los republicanos cada vez más hacia la derecha desde las elecciones de 2008 que él es lo suficientemente conservador para sus gustos.

El propio calendario de campaña de Romney refleja esto. Después del caucus de Iowa, irá a New Hampshire para una concentración partidaria y después directo a Carolina del Sur, donde permanecerá dos días.

La mayor parte de los otros candidatos republicanos minimiza sus posibilidades contra Romney en New Hampshire, y se están enfocando en cambio en Carolina del Sur, donde sienten que están mejor posicionados. Hasta ahora, la campaña metódica de Romney le ha hecho vencer a sus rivales, pero Carolina del Sur será la prueba de fuego para él.