
Néstor Kirchner se debe estar revolcando en su tumba. No sólo el presidente de Ecuador Lenín Moreno quiere estar a cargo de la sede central del difunto foro regional llamado Unasur ubicado en las afueras de Quito en un edificio que (por ahora) lleva el nombre del ex presidente de Argentina. También amenaza con retirar la llamativa estatua de bronce del líder populista que descansa en la puerta de dicha edificación.
La demolición sería el vergonzoso fin para la Unión de Naciones Sudamericanas, o Unasur, que fue fundada en 2008 por una alianza de líderes izquierdistas que incluían a Hugo Chávez de Venezuela y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil, cuando la "marea rosa" de la región estaba en la cima de su poder.
Pero el fantasma de Kirchner quizás todavía sea el último en reír. Una nueva raza de mandatarios pro mercado de Sudamérica intenta crear otro foro diseñado para fomentar la integración regional, llamado Prosur, pero parece que llevará consigo el mismo "pecado original" de la institución que quieren reemplazar.
La Unasur fracasó porque fue secuestrada por "el socialismo del siglo XXI", una ideología inspirada en Chávez que desde entonces pasó de moda. Pero pese a tener las mejores intenciones, el Prosur corre el riesgo de que la próxima generación de líderes regionales lo acusen de ser un fracaso similar, dado que sus impulsores son de derecha: Sebastián Piñera de Chile e Ivan Duque de Colombia.
El argumento ya se puso sobre la mesa. Antes de que el Prosur fuera inaugurado en Santiago, el presidente Tabaré Vázquez de Uruguay afirmó que el bloque está cometiendo "el mismo error" que su predecesor porque está atado a una ideología en particular. "Somos la región más integracionista del mundo. Tenemos una enorme vocación por la integración, pero la más ineficiente. Superponemos un proceso de integración sobre otro y otro, ¿hasta cuándo?", preguntó.
Y tiene razón. La región está contaminada con instituciones que han intentado unirla, pero a menudo han fracasado. También está el bloque comercial Mercosur, la rival Alianza del Pacífico, la Asociación Latinoamericana de Integración (Aladi), la Organización de Estados Americanos, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), el Grupo Lima, y la lista sigue.
Si el objetivo del Prosur es la unión regional, tuvo un comienzo desparejo. Ni Uruguay ni Bolivia firmaron el acuerdo y Venezuela fue directamente excluido, con el argumento de que no es una democracia. No queda claro si el presidente Jair Bolsonaro de Brasil, lejos el miembro más grande del grupo, está particularmente interesado.
Casi dos siglos atrás, Simón Bolívar, el héroe de la independencia sudamericana que pasó la mayor parte de su vida tratando de unir la región, poco tiempo antes de morir se lamentó de haber "arado el mar". A menos que se pueda formar una institución regional que transcienda las ideologías y personalidades, los mandatarios actuales podrían ser culpables de hacer lo mismo.














