El gobierno brasileño precisa invertir cerca de R$ 17.000 millones por año para conseguir universalizar los servicios de agua y cloacas en el país, pero esos recursos no superaron los R$ 8.000 millones.

Según la Confederación Nacional de Industria (CNI), las deficiencias en el área de saneamiento básico reducen la productividad de los trabajadores, aumentan los costos de instalación de empresas y perjudican el desarrollo de segmentos como el turismo.

Los daños al sector productivo se discutieron en el seminario Saneamiento Básico: Como Eliminar los Obstáculos y Universalizar los Servicios, organizado por la CNI, junto con el Instituto Trata Brasil y la Asociación Brasileña de Industria de Base (ABDIB). En el evento, el martes, la industria defendió la creación de incentivos, como la desgravación de las inversiones, para aumentar la participación de la iniciativa privada en el sector. Actualmente, solo 10% de los brasileños cuentan con la atención de empresas privadas de saneamiento.

Un relevamiento realizado por la Fundación Getulio Vargas (FGV) y el Instituto Trata Brasil, con números referentes a 2009, mostró que la productividad de los trabajadores que tienen acceso a la red de saneamiento básico es 13,3% más alto que los que viven en ciudades sin servicio de agua y cloacas.

El estudio indicó que la universalización podría inyectar R$ 41.500 millones anuales en la economía debido al aumento de la productividad del trabajador, que causa la menor incidencia de enfermedades y, en consecuencia, de ausencia en el trabajo. Esa ganancia más que compensaría las inversiones que tendrían que hacerse para llevar el saneamiento básico a 47% de la población brasileña (91 millones de personas) que no tienen acceso a la red de abastecimiento de agua y colecta de cloacas.

Según el presidente del Instituto Trata Brasil, Édison Carlos, el crecimiento que registró la inversión en infraestructura en los últimos años no fue suficiente para las necesidades del país.

El director de Políticas y Estrategia de la CNI, José Augusto Fernandes, dijo que el seminario buscó llamar la atención del gobierno acerca de la necesidad de acelerar el ritmo de las inversiones.

Además de la desgravación de las inversiones, la CNI defiende la mejora del sistema de regulación y la realización de un shock de gestión y eficacia.

Para suplir la falta de inversión, empresas privadas están destinando recursos para la mejora del saneamiento básico. Veracel Celulose invirtió en un proyecto de saneamiento básico para beneficiar a dos comunidades que viven cerca de sus fábricas.

En Barrolândia, en el municipio de Belmonte (Bahía), la compañía construyó 12 kilómetros de redes de cloacas, 6 km de drenaje fluvial, además de una estación para el tratamiento cloacal. En el distrito de Ponto Central, en el municipio de Santa Cruz Cabrália (Bahía), Veracel Celulose invirtió, entre 2009 y 2010, en la implantación del sistema de tratamiento de agua.

Según el gerente de sustentabilidad de Veracel Celulose, Renato Gomes Carneiro Filho, el perfil de esas comunidades cambió con la mejora de calidad de vida por la reducción de las enfermedades. Destacó que las inversiones en las ciudades pudieron llevarse a cabo a través de las asociaciones con los gobiernos estadual y municipal.