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En la región central de Croacia, a solo 130 kilómetros al sur de Zagreb y a media hora del Parque Nacional de los Lagos de Plitvice, se encuentra Rastoke, una pequeña aldea del municipio de Slunj que ha comenzado a captar la atención de los viajeros europeos.

Este oasis oculto combina la belleza de sus 23 cascadas con una arquitectura tradicional que ha sido cuidadosamente reconstruida tras la guerra de los Balcanes.

Rastoke, el oasis de Croacia que deslumbra a los españoles con sus cascadas

Rastoke destaca como un destino natural e histórico que todavía no se ha masificado, ideal para quienes buscan experiencias lejos de los destinos turísticos más concurridos.

Sus casas de piedra y madera, los antiguos molinos del siglo XVIII y las actividades al aire libre, como el senderismo o el rafting, convierten a este pueblo croata en una parada clave en cualquier itinerario entre Zagreb y Plitvice.

El río Slunjica atraviesa la aldea y forma más de 20 cascadas antes de unirse al río Korana. (Foto: Wikimedia)

Lo que convierte a Rastoke en un verdadero oasis es su ubicación estratégica sobre el río Slunjica, cuyas aguas cristalinas se dividen en múltiples ramificaciones antes de desembocar en el río Korana.

A lo largo de este recorrido natural, se forman 23 cascadas que no solo embellecen el paisaje, sino que han tenido un papel histórico en el desarrollo de la aldea. En el siglo XVIII,el agua movía más de 60 molinos, algunos de los cuales aún se conservan.

Rastoke también es una joya gastronómica de Croacia: tradición y sabor casero

Aunque Rastoke es una aldea pequeña, su oferta gastronómica sorprende por la autenticidad y el sabor de sus platos tradicionales.

Uno de los másdestacados es el štrukli, una receta elaborada con masa casera rellena de queso fresco, que puede servirse hervido o al horno. Este plato típico de la región ha sido reconocido como Bien Cultural Inmaterial por las autoridades croatas.

El štrukli es uno de los platos más populares de la región y fue nombrado como Bien Cultural Inmaterial en Croacia. (Foto: croatia.hr)

Además del štrukli, los restaurantes de la zona ofrecen otras especialidades de la cocina continental croata, como guisos, embutidos caseros y panes horneados de forma artesanal.

Comer en Rastoke es más económico que en destinos turísticos como Zagreb o Split, y también es una forma de acercarse a la cultura local a través de los sabores.