

En ocasiones, la belleza natural más sorprendente no se encuentra al otro lado del mundo, sino mucho más cerca de lo que se imagina. Aunque Bali suele acaparar todas las miradas por sus paisajes exóticos y su vegetación exuberante, existe un rincón en Europa que parece sacado de una postal.
Hay una pequeña localidad francesa que esconde un salto de agua que recuerda profundamente a los parajes más impresionantes del Sudeste Asiático y es ideal para una escapada.
Una escapada perfecta al corazón del sur de Francia
Ubicada en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, Sillans-la-Cascade ofrece una de las escapadas más singulares que se pueden disfrutar en el sur de Francia. Esta pequeña comuna, de apenas unos 700 habitantes, alberga una joya natural oculta entre bosques y senderos frondosos: una cascada de 42 metros de altura que desciende con fuerza desde el río Bresque hasta formar una idílica laguna de aguas turquesas.

El acceso a este espectacular enclave se realiza a través de una caminata de media hora desde el casco urbano, en un recorrido rodeado de naturaleza virgen. Aunque el entorno invita al baño, las autoridades han prohibido esta actividad para preservar el ecosistema, ya que su creciente popularidad atrae a miles de visitantes cada año.
La cascada forma parte del Parque Natural de Verdon, uno de los espacios protegidos más bellos de Francia, y cuenta con un mirador desde el cual se puede admirar en todo su esplendor. El contraste entre el verde intenso del bosque y el azul cristalino de la poza otorga al lugar una atmósfera casi irreal, que bien podría confundirse con la de cualquier enclave tropical.
Sillans-la-Cascade, un paraíso que recuerda a Bali
No es casualidad que este rincón francés evoque inevitablemente a Bali. La vegetación densa, la niebla fina que se genera por la fuerza del agua y la tranquilidad que emana del entorno transportan a quien lo contempla a un escenario que parece más cercano a Indonesia que a Europa.

La belleza de este lugar es tan imponente que miles de curiosos se acercaban a ella, cuya conservación ha sido una prioridad para evitar su deterioro. Esta medida, aunque restrictiva, ha permitido que el paisaje se mantenga prácticamente intacto, brindando una experiencia visual única.
Más allá de la cascada, Sillans-la-Cascade conserva un encantador núcleo urbano de aire medieval. Entre sus principales atractivos se encuentran las antiguas murallas y el castillo de Castellane. Pasear por sus callejuelas empedradas y descubrir sus rincones es el complemento ideal tras haber disfrutado del espectáculo natural de su emblemático salto de agua.












