Existe un rincón en Cataluña que despierta admiración por su belleza natural. Es una escapada perfecta a la tranquilidad del entorno rural, combinada con una experiencia visual y sensorial inolvidable, que recuerda a los paisajes de Galicia.
Ubicado en la comarca de la Garrotxa, este destino enamora por su entorno boscoso y su encanto legendario. Además, esconde una de las piscinas naturales más bonitas de toda la región.
Escapada con historia y naturaleza: el Salt de Can Batlle
El Salt de Can Batlle, también conocido como el Gorg de Can Batlle, se encuentra en las afueras del pueblo medieval de Santa Pau, en Girona. Este enclave natural es ideal para quienes buscan una escapada que combine rutas de senderismo, paisajes de gran belleza y un contacto íntimo con la historia antigua de la zona.
El recorrido hasta el gorg transcurre entre frondosos bosques de hayas y robles, y conduce a un destino que sorprende tanto por su aspecto como por su atmósfera.
Al final del camino, una cascada forma una piscina natural de aguas transparentes y frías, perfecta para un baño refrescante en los meses cálidos. El acceso permite también subir hasta la parte superior de la cascada, desde donde se obtiene una vista diferente del paraje.
Uno de los puntos más curiosos del camino es la Pedra del Diable, un menhir de basalto de casi tres metros de altura cuya presencia añade un componente místico y arqueológico al paseo.
Esta piedra vertical, erigida entre el Neolítico medio y el Calcolítico, fue documentada por primera vez en 1872 por el pintor Joaquim Vayreda. La leyenda que la rodea habla de un pacto entre el diablo y una joven desesperada por cruzar el río Ter antes de la medianoche, una historia que ha enriquecido la cultura local durante generaciones.
Cómo llegar al Salt de Can Batlle
Este espacio protegido requiere el cumplimiento de normas básicas de conservación: está prohibido hacer fuego, acampar o abandonar residuos.
Durante los meses de mayor afluencia, especialmente entre finales de junio y agosto, es obligatorio reservar plaza en el aparcamiento habilitado, con un coste de 6 euros por vehículo. El acceso se realiza a través de la carretera GI-524, que conecta Olot con Santa Pau.
Para quienes valoran tanto la historia como el disfrute de paisajes naturales, esta piscina natural representa una alternativa excelente a otras más conocidas, como las fervenzas de Galicia. Con el atractivo añadido de una leyenda ancestral y un entorno bien conservado, el Salt de Can Batlle es una joya que merece ser descubierta en cualquier escapada por tierras catalanas.