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Este miércoles 24 de mayo, expertos en ciberseguridad de la empresa S2 Grupo han alertado de que la mayoría de los "juguetes inteligentes" pueden espiar de forma ilícita en los hogares y robar datos personales. Entre ellos imágenes, sonidos o las credenciales de los usuarios.

Además, entre los riesgos asociados a este tipo de juegos, han citado la posibilidad de que una tercera persona pueda tomar el control remoto de esos dispositivos (por ejemplo, de un dron) con fines delictivos, la interceptación de las comunicaciones o la suplantación de la identidad.

El informe sobre juguetes inteligentes y el robo de información

El estudio sobre la ciberseguridad de los juguetes inteligentes que elaboró la compañía ha sido presentado hoy en una rueda de prensa en Madrid durante han demostrado cómo se puede interferir desde un ordenador en el control total de uno de esos dispositivos.

El director de la empresa, José Rosell, ha subrayado que los niños y sus familias están desprotegidos y ha advertido de que la mayoría de esos juguetes recopilan más información de la que se puede considerar "razonable", como la localización del menor.

Además, estos almacenan los datos en "nubes" que nadie sabe dónde están y que pueden ser gestionadas en países donde los estándares de protección de los derechos no sean equiparables a los de la Unión Europea.

"La tecnología avanza a la velocidad de la luz; las legislaciones no", ha aseverado Rosell, quien ha valorado la posibilidad de que todos los juguetes incorporen un "sello de calidad" (similar al "marcado CE") para asegurar no sólo la calidad de esos productos, también que cumplen con los estándares de protección de la intimidad y de los datos personales.

La alerta de seguridad sobre estos dispositivos

Desde S2 Grupo repasaron algunas de las polémicas más recientes con juguetes de este tipo: desde un oso de peluche para el aprendizaje interactivo hasta una muñeca que recopila datos de forma masiva (incluidas las conversaciones) y los comparte con empresas externas.

Estos dispositivos contienen elementos electrónicos (micrófonos, cámaras, reconocimiento de voz, sensores de proximidad o transmisores de radio o bluetooth) y en algunos casos hasta elementos de inteligencia artificial con capacidad de aprender y procesar información del usuario y su entorno.

El estudio incide también en la gran cantidad de beneficios que pueden reportar a los niños este tipo de juguetes en términos de aprendizaje, pero también en la importancia de que dispongan de controles de seguridad.

Además, apuntan que China, que fabrica el 80% de los juguetes, es uno de los países que recopila más datos provenientes de los dispositivos que están conectados a las redes y que el Gobierno requiere a las grandes empresas tecnológicas que compartan datos con el gobierno.

A diferencia de las normas europeas, en China no hay restricciones para que las entidades gubernamentales puedan recopilar información y los mismos pueden ser recopilados por "inocentes" juguetes y acabar en plataformas o "nubes".