Que en relación a la OPA hostil que BBVA lanzó sobre Banco Sabadell ambas entidades opinan exactamente lo contrario sigue la lógica de dos contrincantes por el mismo botín. Un claro ejemplo de esto es la visión diametralmente opuesta que esta mañana mostraron ambas entidades en relación al efecto que podría tener la operación en la sociedad.
Así, mientras el country manager del banco vasco en España, Peio Belausteguigoitia, subrayó que la unión de BBVA con el Sabadell "es positiva para el interés general", los catalanes publicaron una encuesta según la cual el 75% de los ciudadanos se declara en contra de la fusión.
Veamos, entonces, qué argumentan unos y otros. Belausteguigoitia, subrayó este martes que la propuesta de integración con Banco Sabadell es una operación de crecimiento, que tiene un fuerte sentido estratégico y se enmarca en una visión de futuro que, apuesta por la creación de valor para todos los grupos de interés, ya sean clientes, empleados, accionistas y la sociedad en su conjunto.
Así lo señaló durante su participación en el XX Foro del IESE Banking, organizado en Madrid, en el que dijo que "la propuesta de integración con Banco Sabadell es una apuesta por sumar y combinar las fortalezas de ambas entidades para crear una entidad financiera mejor que las partes de forma individual".
Sabedor que la Comisión Europea comunicó discretamente al Gobierno español su oposición a un probable rechazo de la operación, Belausteguigoitia recordó que en los 13 meses de análisis que lleva el procedimiento, BBVA obtuvo 27 autorizaciones regulatorias de organismos nacionales e internacionales, incluyendo la del Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia(CNMC).
También recordó que entre los compromisos más destacados que tomó el banco figuran medidas concretas para preservar la red de oficinas en zonas vulnerables. "No se cerrarán oficinas si no hay otra a menos de 300 metros, ni en códigos postales con renta per cápita inferior a 10.000 euros, ni donde queden menos de tres competidores, ni en municipios con menos de 5.000 habitantes", volvió a insistir.
Tampoco olvidó que quienes se oponen a la OPA hostil utilizan como argumento central el futuro de la financiación de las pymes y autónomos, en caso de culminar con éxito la operación que lanzó BBVA.
En este sentido, el directivo aseguró que mantendrán todas las oficinas especializadas en empresas de Banco Sabadell, así como las líneas de circulante durante tres años, prorrogables por dos años adicionales a decisión de la CNMC.
Asimismo, prometió que se conservarán las líneas de crédito para autónomos y operaciones de comercio exterior. "En las comunidades autónomas donde la entidad resultante tenga una mayor cuota de mercado, como Cataluña e Islas Baleares, se mantendrá el volumen total de crédito a las pymes cuya cuota CIRBE combinada supere el 50%, o del 85% en el resto de comunidades autónomas", para enseguida añadir que "la inmensa mayoría de las pymes se verán beneficiadas por estos compromisos".
"Esperamos que los accionistas de Banco Sabadell puedan decidir pronto si quieren sumarse a este gran proyecto conjunto", concluyó su intervención. Aunque, de acuerdo a los resultados de la encuesta que encargó el banco catalán, esa posibilidad parece muy lejana, como veremos.
El 82% de los clientes de banco Sabadell rechaza a la fusión
En tanto, el 75% de los ciudadanos se declara en contra de la OPA hostil lanzada sobre Banco Sabadell al considerar que, de materializarse la fusión con BBVA, provocaría un impacto negativo directo en la sociedad, como son el acceso a los servicios bancarios, la exclusión financiera, la financiación de las empresas, las condiciones de los clientes, el crecimiento de la economía española o los empleados de las dos entidades.
Así se desprende del Barómetro ante la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell, elaborado por Zinklar en toda España a través de 1.100 encuestas a particulares mayores de 18 años que tienen relación con alguna entidad financiera.
Asimismo, este porcentaje de ciudadanos que rechazan la OPA hostil alcanza el 82% en el caso de los clientes de Banco Sabadell y del 70% en el caso de los clientes de BBVA. Además, ocho de cada diez encuestados en Cataluña se opone a la operación.
Fuga masiva de clientes
Siete de cada diez (71%) consultados que tienen como banco principal a Banco Sabadell declaran que consideraría cerrar su cuenta en la entidad resultante y cambiaría de banco. Por su parte, el 21% de los clientes de BBVA también estarían dispuestos a cambiar de entidad financiera si se materializase la fusión.
Los ciudadanos, al ser preguntados sobre el impacto que provocaría esta operación de concentración financiera en España, aducen mayoritariamente razones de exclusión financiera, de empeoramiento de las condiciones de los clientes particulares, de efectos negativos sobre la financiación empresarial (para el 54% de los catalanes) y sobre los empleados de Banco Sabadell y de BBVA.
Así y todo, el dato que menos gracia seguramente le provocará a Belausteguigoitia es el que asegura que el 51,4% de los encuestados en toda España está convencido de que tendrá mucho o bastante efecto negativo en la sociedad, mientras que, si se hace foco en
Cataluña, este porcentaje se eleva al 62%. A esta misma tesis se suma el 49% de los clientes de BBVA.
Por otra parte, más de la mitad (56,5%) dice que la fusión afectaría mucho o bastante a los clientes de las dos entidades, mientras que un 10,7% estima que no le afectaría nada. En el caso de Cataluña, la cifra llega hasta el 62,8% del total y al 76,5% de los clientes de BBVA.
Pérdida de empleo
Uno de los efectos más negativos para los encuestados es la afectación a nivel de pérdidas de empleo en los dos bancos. De este modo, más del 76% considera que este efecto negativo será mucho o bastante para los profesionales de sendas plantillas, mientras que para los clientes de Banco Sabadell es del 70,6% y del 53,4% para los clientes de la entidad vasca.
El acceso a los servicios financieros y la consiguiente exclusión financiera como consecuencia del cierre de oficinas si se produjese la fusión, es otra de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Para el 57,6% tendría un efecto muy o bastante negativo. Dicha preocupación supera el 69% para los clientes del banco catalán y cerca del 58% para los de BBVA.
Ahora queda por ver cómo, en caso de llegar a esa última etapa de la OPA hostil, votarán los accionistas de la entidad opada. Momento en el que ya no habrá argumentos ni encuestas. Sólo manos levantadas.