

En la actualidad, nuestra vida cotidiana se encuentra cada vez más marcada por las transacciones electrónicas, que utilizamos para diversas actividades, como el pago del alquiler, la adquisición de productos o incluso la liquidación de deudas con amigos.
Estas operaciones se llevan a cabo con frecuencia desde nuestros dispositivos digitales, tales como ordenadores, tabletas o teléfonos móviles, a través de la página web o la aplicación de nuestra entidad bancaria.
Nos encontramos inmersos en una era digital donde las transacciones se efectúan con notable rapidez y facilidad. En ocasiones, ingresamos los números de cuenta del destinatario de manera expedita, o reutilizamos información de transferencias previas, almacenando los datos de las cuentas más frecuentemente utilizadas para futuras operaciones.
Si bien estos métodos resultan útiles para transacciones recurrentes con amigos, familiares o empresas, almacenar información de cuentas para operaciones únicas puede acarrear inconvenientes. En el caso de servicios como Bizum, la situación es análoga, aunque el número de cuenta se vincula a un número de teléfono móvil y generalmente seleccionamos al destinatario de nuestra lista de contactos.
A pesar de que la celeridad de estas operaciones es una ventaja, es fundamental recordar que las transferencias son irrevocables. Una vez que se envía la orden de transferencia al banco, esta no puede ser cancelada y el dinero depositado en la cuenta del destinatario solo puede ser devuelto con el consentimiento del beneficiario o mediante una orden judicial.

Soluciones para corregir una transferencia bancaria errónea
En caso de que se cometa un error al ingresar el número de cuenta del destinatario, nuestro banco deberá llevar a cabo gestiones con la entidad receptora para intentar recuperar los fondos transferidos. No obstante, el éxito de dichas gestiones estará condicionado a la disposición del beneficiario, tal como se indica en el blog del cliente del Banco de España.
Si el beneficiario otorga su consentimiento, las entidades podrán revertir la operación y los fondos serán devueltos a nuestra cuenta. En el supuesto de que el beneficiario se niegue a restituir el dinero, podríamos considerar la posibilidad de emprender acciones legales, alegando un posible delito de apropiación indebida para la recuperación de nuestros fondos.
Por consiguiente, se recomienda encarecidamente revisar con minuciosidad -una, dos o tantas veces como sea necesario- el número de cuenta del beneficiario antes de proceder a validar la transferencia con nuestra clave de seguridad. De este modo, podremos asegurarnos de que los fondos se envían a la persona correcta.













