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El cáncer de páncreas es uno de los más letales que existen: suele detectarse tarde, responde mal a los tratamientos y presenta una elevada mortalidad. A pesar de los avances científicos, las opciones terapéuticas continúan siendo limitadas. Sin embargo, un descubrimiento reciente podría representar un punto de inflexión.

Investigadores de la Argentina, España, los Estados Unidos y Francia encontraron que una proteína llamada galectina-1 cumple un papel central en la progresión del tumor. Según el estudio publicado en la revista PNAS, este avance podría ser determinante para mejorar el pronóstico de los pacientes.

La proteína que "enciende" al cáncer de páncreas

El trabajo liderado por Gabriel Rabinovich (Conicet y Universidad de Buenos Aires) y Pilar Navarro (Hospital del Mar, Barcelona) reveló que galectina-1 (Gal1) no solo se encuentra en el exterior de las células tumorales -como se creía hasta ahora-, sino también dentro del núcleo de las llamadas células estrelladas pancreáticas, donde activa genes como KRAS, conocidos por favorecer el crecimiento tumoral.

En declaraciones a Infobae, el investigador Silvio Gutkind, de la Clínica Mayo (EE.UU.), sostuvo: "Este trabajo define una función novedosa de galectina-1 en el núcleo. Controla la expresión de genes que promueven un entorno inflamatorio e inmunosupresor que permite al tumor avanzar sin obstáculos".

Estas células estrelladas, que en condiciones normales están inactivas, se reprograman en presencia de galectina-1, favoreciendo la formación de un microambiente tumoral hostil para el sistema inmune y favorable para el cáncer.

Una diana terapéutica para atacar al tumor desde dentro

La clave del hallazgo reside en que las terapias actuales solo bloquean la función extracelular de galectina-1, pero no su actividad dentro del núcleo celular. "Durante años desarrollamos un anticuerpo monoclonal que inhibe su función externa. Ahora, el desafío será diseñar fármacos que bloqueen su función interna", explicó Rabinovich.

Los investigadores comprobaron que, al reducir la expresión de Gal1 en las células estrelladas, disminuye también la expresión del oncogén KRAS, lo que frena la activación de estas células y limita el avance del tumor. Este nuevo enfoque abre la puerta a tratamientos combinados con inmunoterapia o inhibidores de KRAS, dos de las líneas más prometedoras en oncología.

La publicación en PNAS marca un hito en el estudio del cáncer de páncreas y muestra cómo un cambio en la comprensión del rol de una sola proteína puede modificar por completo la estrategia terapéutica.

Investigación global, impacto local y una esperanza futura

El estudio fue posible gracias a una colaboración internacional entre el Instituto de Biología y Medicina Experimental (Conicet), el Instituto de Investigaciones Biomédicas de Barcelona (IIBB-CSIC), la Clínica Mayo (EE.UU.) y el Centro de Investigación en Cáncer de Marsella (Francia). También participaron otros científicos argentinos como Federico Baudou.

Este descubrimiento no solo tiene implicancias clínicas, sino que también subraya el potencial de la ciencia pública y colaborativa en América Latina y Europa. Para los pacientes con cáncer de páncreas, la inhibición selectiva de Gal1 podría convertirse en un nuevo recurso terapéutico.

"Este hallazgo abre muchas oportunidades para tratar mejor este cáncer", afirmó Gutkind. Y en un escenario donde la supervivencia a cinco años apenas roza el 10%, cualquier avance representa una esperanza real.