

La situación de salud de la princesa Irene de Grecia, hermana de la reina Sofía, ha generado profunda inquietud en el entorno de la Corona española. A sus 83 años, y tras una vida de servicio discreto y cultural, su estado se ha deteriorado notablemente, lo que ha activado todos los protocolos oficiales.
En ese contexto, se confirmó que su último deseo será respetado: será enterrada junto a su hermano Constantino II de Grecia, en suelo heleno, cerrando así un capítulo íntimo y simbólico en la historia de la monarquía griega.
La petición de la princesa Irene busca rendir homenaje a sus raíces y lazos familiares, situándose junto a Constantino II en el cementerio real de Tatoi, a las afueras de Atenas. Este lugar alberga los restos de gran parte de la familia real griega, entre ellos sus padres, el rey Pablo I y la reina Federica.

El fallecimiento de Constantino en enero de 2023 marcó un antes y un después en la Casa de Grecia, y se entiende que Irene quiera compartir el reposo eterno con él, en un acto lleno de simbolismo monárquico y personal.
Un panteón real al aire libre
El cementerio real de Tatoi es un símbolo vivo del legado helénico de la Corona. Desde 1889 es el lugar elegido para la realeza griega, con su iglesia de la Resurrección y su mausoleo, espacio que custodia a personajes históricos como Pablo I, Federica y Constantino II.
Más allá de su función funeraria, este espacio es un testimonio del vínculo emocional con una monarquía depuesta, y la elección de Irene refuerza ese sentimiento nostálgico y de pertenencia a la tradición de su familia.
El impacto emocional en España
El anuncio de que Irene reposará en Grecia ha conmocionado a la Corona española. El rey Felipe VI y la reina Sofía, especialmente esta última, se encuentran muy afectados por el delicado estado de salud de la princesa, que vive con Sofía en el Palacio de la Zarzuela.
Para la reina madre es una experiencia especialmente dura: Irene no solo es su hermana, sino su compañera de vida desde la muerte de su madre en 1981. Su vínculo ha sido clave para ambas durante décadas.

La despedida preparada con tiempo
Aunque aún no hay un comunicado oficial, desde Zarzuela ya avanzan los preparativos para asegurar que se respete la voluntad de Irene y el protocolo familiar.
Se espera que el cuerpo viaje a Grecia tras su fallecimiento, donde la familia supervisará los detalles del traslado. La ceremonia será discreta y familiar, siguiendo la línea del funeral de Constantino en 2023, sin grandes honores estatales, pero con el profundo simbolismo de un reencuentro fraternal.
El homenaje, marcado por el amor fraternal y la pertenencia a una historia común, será un cierre emotivo en el panteón de Tatoi, así como un reflejo del respeto institucional y familiar que la Casa Real española profesa hacia sus raíces.
















