Desde la Edad Media, en Inglaterra, Escocia, Gales o Irlanda del Norte, los apellidos surgieron para distinguir a las personas por su ocupación, su linaje o su entorno. Con el paso de siglos, muchos de estos apellidos se han extendido por todo el mundo, pero siguen conservando su esencia histórica.
Los apellidos británicos son más que identificadores, son cápsulas del tiempo que reflejan profesiones, clanes, lugares y tradiciones. En España, algunos de estos tienen presencia, aunque en menor medida.
Smith, Taylor, Wilson, Brown, Jones o Williams son algunos de los apellidos que están presentes entre familias con raíces anglosajonas, escocesas o galesas. Si tu apellido es uno de ellos, es muy probable que tu linaje sea total o mayoritariamente británico.
Cuáles son los apellidos británicos más comunes
Entre los apellidos británicos más comunes figuran aquellos que terminan en -son, lo que significa "hijo de..." en inglés antiguo. Así, Johnson es "hijo de John (Juan)", Wilson es "hijo de Will (William)" y Davidson por "hijo de David".
En la lista de los 120 apellidos más frecuentes en Reino Unido, aparecen:
Smith: originalmente "herrero", el apellido profesional más común en Reino Unido.
Taylor: proviene del francés tailleur, "sastre".
Brown: hace referencia a personas con cabello o piel castaños.
Williams / Wilson: derivados de William, que significa "protector voluntarioso".
Johnson / Davies / Robinson / Thompson: todos tienen origen patronímico, "hijo de...".
Si un apellido termina en -son o coincide con uno de estos, es muy probable que la familia tenga raíces en las islas británicas, ya que estos apellidos se consolidaron en la Edad Media y se han mantenido hasta hoy.
El recuerdo de las profesiones del pasado
Otros apellidos ingleses cuentan historias relacionadas con lugares geográficos o trabajos específicos:
Walker: relacionado con la industria textil, quienes "walked" (pisaban y trataban telas).
Miller, Baker, Cook, Carter, Webb o Cooper: reflejan oficios como molinero, panadero, cocinero, carretero, tejedor y tonelero, respectivamente.
Hill, Wood, Shaw, Green, White: se referían a personas que vivían cerca de colinas, bosques, claros o tenían rasgos como ojos verdes o piel/ cabello claro.
Un apellido puede estar ligado con la aristocracia británica
En Escocia, Gales e Irlanda del Norte, hay apellidos de raigambre celta o con presencia aristocrática:
Evans, Griffin, Owen, Floyd, Perry, Vaughan: con raíces galesas o irlandesas y significados vinculados a heroísmo, cualidades o la pertenencia a clanes específicos.
Hamilton, Bennett, Windsor: apellidos con historia noble y vínculos con la realeza británica. Hamilton nació en Leicestershire, se extendió a Escocia, y Windsor fue adoptado por la familia real en 1917 para reforzar su identidad inglesa.
El apellido puede ser una puerta al pasado
Un apellido es mucho más que un identificador, es un registro histórico viviente. Si llevas uno de estos apellidos tradicionales británicos-patronímicos, toponímicos, profesionales o aristocráticos-tienes un linaje que conecta directamente con la historia y cultura del Reino Unido.
Puede que tu familia no lo supiera, pero tu herencia habla de herreros medievales, clanes célticos, antiguas profesiones y, quizá, hasta de nobleza.