En esta noticia

La Casa Real española atraviesa un momento de máxima tensión. El pasado viernes, la princesa Leonor, heredera al trono y futura reina de España, debió ser atendida de urgencia en la Escuela del Aire de San Javier tras un episodio de gran gravedad que obligó a la intervención inmediata del equipo médico.

La situación encendió todas las alarmas en Zarzuela y reabrió el debate sobre si la hija de Felipe VI está preparada para soportar el duro ritmo de la instrucción militar.

La princesa de Asturias, que inició recientemente su último año de formación castrense con el Ejército del Aire, se enfrentó a las exigentes pruebas físicas del curso.

Sin embargo, el esfuerzo fue excesivo y dejó en evidencia lo que muchos en su entorno ya advertían: sus limitaciones físicas para afrontar el reto. No es la primera vez que ocurre algo similar, pero la magnitud de este episodio ha generado especial preocupación.

Desde su ingreso el 1 de septiembre, Leonor se incorporó a los alumnos de cuarto curso en calidad de alférez, con la expectativa de graduarse como teniente y recibir su tercera condecoración militar. Un camino que, más que motivo de orgullo, se está convirtiendo en un verdadero desafío personal y una fuente de inquietud para sus superiores.

Leonor en la Escuela del Aire y el episodio médico

El entrenamiento militar en San Javier exige resistencia, fortaleza y un sacrificio constante. Para Leonor, que nunca destacó en el ámbito deportivo, la intensidad del plan resultó excesiva.

Según fuentes de la academia, la princesa forzó su cuerpo hasta el límite y terminó con síntomas alarmantes. "La joven forzó demasiado su cuerpo en las prácticas y terminó mareada, exhausta y con vómitos. Fue entonces cuando se decidió llamar al equipo médico de la academia, que la atendió de urgencia para estabilizarla".

Aunque el episodio fue controlado, en Zarzuela reconocen que no podrá seguir el mismo ritmo que sus compañeros. La Casa Real ha optado por un plan adaptado: la princesa no realizará vuelos en solitario y, por ahora, todas las prácticas se llevarán a cabo en simulador o con la compañía de un instructor. Su seguridad, recalcan, es prioritaria.

Un futuro marcado por el deber

En poco menos de un mes, la princesa cumplirá 20 años. Su agenda se intensificará con actos oficiales de gran envergadura, incluido el desfile del 12 de octubre en Madrid y la presidencia de los Premios Princesa de Asturias.

Todo ello mientras continúa con su formación en el Ejército del Aire, un curso que marcará su cierre en el recorrido castrense iniciado hace tres años y que la convertirá en la primera mujer en recibir el máximo rango de las Fuerzas Armadas.

La Casa Real insiste en que Leonor no recibe trato preferencial frente a sus compañeros. Sin embargo, los hechos muestran que sus limitaciones físicas y de salud obligan a constantes adaptaciones. En San Javier, la consigna es clara: proteger a la futura reina de España.

Un deber institucional que, en paralelo, expone la tensión entre la imagen de fortaleza que se quiere proyectar y la realidad de una heredera que enfrenta desafíos personales de gran envergadura.