

En los últimos tiempos, hemos presenciado un aumento considerable en los casos de la COVID-19, que han afectado principalmente a las consultas de atención primaria y las instalaciones hospitalarias.
Un informe emitido por el Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda (SiVIRA) indica que, durante la semana del 13 al 19 de mayo, se registró una incidencia de 27,8 casos por cada 100.000 personas en atención primaria. Paralelamente, en el ámbito hospitalario, la cifra se sitúa en 1,86 casos por cada 100.000 habitantes.
El porcentaje de pruebas positivas alcanza el 6,5%, lo que sugiere que de cada centenar de tests de detección rápida, entre seis y siete son positivos.

Grupos y regiones más afectados
La incidencia más alta se observa entre los individuos de 45 a 65 años, con un 11,4% de positividad, seguido de cerca por los mayores de 65 años con un 10,8%. Incluso los bebés menores de un año no están exentos, mostrando una tasa de positividad del 8,1%.
En cuanto a la distribución geográfica, la Comunidad de Madrid y la ciudad de Málaga experimentan un notable incremento de casos. No obstante, las autoridades sanitarias enfatizan que este aumento no ha provocado una crisis en los servicios de urgencia ni un incremento en la mortalidad.
En Galicia, la situación es algo más tensa con 180 hospitalizaciones, incluyendo tres casos en cuidados intensivos.
Evolución de las variantes del virus
La variante BA.2.86 es la más detectada recientemente en atención primaria, constituyendo casi el 60% de los casos. Esta variante proviene de una combinación de linajes y sublinajes de JN.1, que ha sido dominante desde el comienzo de la temporada actual.
Asimismo, una nueva variante denominada FLiRT, que ya representa el 4% de los casos en España, está en camino de convertirse en la predominante a escala mundial debido a su alta transmisibilidad. Esta variante se ha observado en los EE.UU. por tres meses y hasta ahora, no ha provocado un incremento significativo en los casos graves o en las hospitalizaciones.

Identificación de los síntomas clave
Los síntomas asociados a la variante FLiRT son similares a los de otras variantes del virus e incluyen fiebre, tos, congestión nasal, secreción nasal, dolor de garganta, malestar muscular y de cabeza, escalofríos y una notable fatiga.
También se han reportado problemas respiratorios y la pérdida de los sentidos del olfato y del gusto, además de síntomas gastrointestinales en algunos casos.
















