

En un país donde los atascos parece que se aceptan como inevitables, la Dirección General de Tráfico (DGT) quiere dar un giro radical. El modelo convencional de movilidad urbana, basado en coches con un solo ocupante, está agotado y cuesta caro: en combustible, emisiones y calidad de vida.
El director de tráfico, Pere Navarro, ha puesto en el centro del debate una propuesta sencilla: si se consigue que haya al menos dos personas por coche, se reducirá a la mitad el número de vehículos, el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. Este es, asegura, el gran reto del siglo XXI.
Hacia un modelo más sostenible
Cada día, en las horas punta, el 85% de los vehículos circula con un solo ocupante, es decir, solo el conductor. Navarro lo resume sin medias tintas: "Mover 1500 kg. para desplazar a una sola persona... no parece inteligente".

Este desequilibrio entre la capacidad de las infraestructuras (pensadas para una población de 40 millones) y la realidad actual (cerca de 50 millones de residentes más millones de turistas) está provocando que "las costuras empiecen a rasgarse".
La preocupación de Pere Navarro es que la movilidad urbana se convierta en un reto de futuro inmediato.
La tecnología al servicio del cambio
Para promover esa mayor ocupación, la DGT apuesta por implementar carriles BUS-VAO inteligentes, reservados exclusivamente para vehículos con al menos dos personas.
El nuevo tramo en la A-2, a la entrada y salida de Madrid, contará con cámaras, balizas y señalización dinámica, lo que permitirá adaptarse a la intensidad del tráfico.
Navarro subraya el enfoque: "Se trata de incentivar la alta ocupación del vehículo, no las etiquetas... priorizamos menos vehículos en circulación y, por tanto, menos emisiones".
Esto marca un antes y un después: ahora no importa si el coche tiene etiqueta ecológica; lo que importa es cuántas personas van dentro.
España mira otras experiencias en Europa
España mira a modelos que ya están en marcha en Europa. "En Francia van por su segunda ley de movilidad y aquí todavía no tenemos aprobada la primera", indica Navarro.
El carpooling, o compartir coche, es una solución mencionada por Navarro: "Si consiguiéramos viajar dos personas habría la mitad de coches, la mitad de emisiones y la mitad de consumo. Hay que intentarlo si no queremos que los ciudadanos queden atrapados en un atasco permanente".

En búsqueda de un cambio de mentalidad urgente
Navarro va más allá de medidas técnicas: plantea un cambio de mentalidad. En palabras del director de Tráfico, "El futuro del tráfico será compartido o no será". La apuesta será apuntar hacia una movilidad más lógica, menos contaminante y más solidaria.
En el contexto actual, es necesaria una transformación colectiva: fomentar el transporte público, apoyar la movilidad activa (como caminar o ir en bici) e integrar tecnologías que permitan compartir vehículo de manera fácil y segura.
Si se considera que el transporte público se revaloriza, considerando que Cercanías duplicará servicios antes de 2030, en palabras del titular de la DGT, "Corremos el riesgo de quedarnos parados".















