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España continúa siendo un gigante turístico global, con cifras históricas en llegadas y gasto acumulado. Sin embargo, recientes señales muestran que esto podría estar cambiando, con el Reino Unido ya no mostrando el mismo entusiasmo por estas tierras.

Un análisis del mercado británico y los datos de ocupación hotelera en 2025 revelan una leve pero significativa pérdida de atractivo frente a destinos emergentes y una evolución en los patrones de viaje.

El turista británico reduce su presencia: ¿un cambio de tendencia?

Un informe del DailyMail, basado en datos de Virgin MediaO2, refleja una caída del 9% en viajes de británicos a España en comparación con el año pasado. El estudio señala que ahora prefieren destinos más exóticos como Canadá, Emiratos Árabes, Tailandia o Australia.

La agencia Destinia alertó en un informe que este verano se detectó una disminución del 5% en reservas provenientes del Reino Unido, motivada por el encarecimiento del país en comparación con alternativas más económicas como Grecia o Turquía.

Asimismo, el diario británico reporta que España está perdiendo popularidad ante el impacto del cambio climático y el turismo de temporada, con un 9% de viajeros modificando sus fechas de viaje para evitar olas de calor e incendios forestales.

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No todo son malas noticias: el sector aún resiste

A pesar de estas señales, el turismo en España mantiene cifras sólidas. En julio de 2025, la ocupación hotelera alcanzó el 70,6%, con un leve aumento del 0,8% interanual, impulsada por la recuperación de turismo internacional (+2,1%) y nacional (+1%). Los destinos más demandados fueron Baleares, Canarias, Cataluña y Andalucía.

Sin embargo, el crecimiento está frenado por los precios: la tarifa media por noche subió un 4,6% en julio (146,5euros) y acumula un aumento del 5,2% en lo que va de año, lo que encarece la estancia para muchos visitantes.

Aunque no se alcanzarán los 100 millones de turistas en 2025, se prevé cerrar el año con 98 millones de llegadas y récord de gasto, aunque con un crecimiento moderado. La competencia de destinos como Turquía o Croacia está afectando la demanda.

A dónde miran los británicos para vacacionar

Los turistas británicos están diversificando sus destinos: Grecia ganó popularidad, Italia se mantiene fuerte y el norte de España despierta interés entre quienes buscan menos masificación.

Plataformas especializadas reportan que islas griegas como Thassos, Lefkada o Agistri atraen viajeros por ser más tranquilas y asequibles, con cervezas a 1,16 euros y alojamientos desde 29 euros la noche.

Otros optan por destinos emergentes como Montenegro, que ofrecen autenticidad, paisajes vírgenes y precios más accesibles, evocando una alternativa atractiva frente a la saturación en España.

España mantiene su fortaleza turística, pero los británicos comienzan a mostrar señales de desplazarse hacia prpuestas más económicas, tranquilas y auténticas.

Tanto datos nacionales como internacionales sugieren un cambio paulatino en la preferencia de destino, con implicaciones que tendrán un impacto fuerte para el futuro del sector.