Elon Musk atraviesa una nueva crisis en su imperio espacial. SpaceX ve cómo decenas de satélites de Starlink reingresan a la atmósfera antes de tiempo, un fenómeno que despierta preocupación sobre la seguridad orbital y la fiabilidad del servicio.
Mientras el mundo tecnológico esperaba avances hacia Marte, lo que enfrenta la compañía hoy es un enemigo mucho más cercano: el Sol, que ha desatado una serie de tormentas geomagnéticas capaces de arrastrar satélites fuera de órbita. La vuelta de estos artefactos a la Tierra ha generado un profundo revuelo en astrónomos y autoridades del sector.
El Sol tomó el control y SpaceX no puede frenarlo
El origen del problema está en el aumento de la actividad solar: nos encontramos en pleno máximo del ciclo solar número 25, cuyo pico coincide con la fase más intensa de radiación y tormentas geomagnéticas.
Un estudio liderado por el Goddard Space Flight Center de la NASA revela que entre 2020 y 2024 más de 523 satélites Starlink reingresaron, detonados por la presión adicional de una atmósfera calentada y expandida por estas explosiones solares.
Ese incremento de densidad en la atmósfera aumenta el arrastre gravitacional sobre los satélites en órbitas bajas, acelerando su decaimiento orbital. Según la investigación, durante un evento geomagnético extremo, esos satélites pueden descender y desintegrarse 10 a 12 días antes de lo previsto.
¿Por qué caen los satélites y por qué ocurre ahora?
La respuesta al misterio del título está en la interacción entre la actividad solar y la atmósfera terrestre. En esencia, las tormentas geomagnéticas elevan la densidad del aire a altitudes donde orbitan los Starlink (entre 280 y 550 km). El incremento de fricción genera una pérdida rápida de altitud, que acelera el reingreso y provoca su desintegración mucho antes de lo diseñado.
El estudio de 523 satélites también muestra que las predicciones de reentrada se vuelven menos fiables en estos escenarios, lo que aumenta los riesgos de colisión con otros objetos en órbita y plantea dudas sobre la gestión de la constelación en tiempos de clima espacial elevado arxiv.org.
"El tren de satélites" se adelanta... y puede impactar
El lunes pasado, The Times of India repasaba que esta oleada de satélites estrellándose contra la atmósfera podría ser aún peor durante los próximos meses, al reforzar su vínculo con los picos solares.
En paralelo, medios como Sky at Night Magazine confirman que la frecuencia de estos eventos ha aumentado considerablemente.
En cifras: en 2020 apenas un par de satélites fallecían; en 2021 fueron 78, en 2022 alcanzaron 99, y en 2023, 88. Pero en 2024 la cifra se disparó: 316 satélites cayeron al planeta o se desintegraron antes de lo proyectado.
Este fenómeno también genera nuevos retos. Las trayectorias imprevisibles dificultan las maniobras de reentrada controlada. Un trozo ya llegó a una granja en Canadá en agosto de 2024, un ejemplo real de riesgo potencial . Aunque SpaceX afirma que la mayoría de fragmentos se desintegran, el incidente canadiense evidencia que algunos podrían sobrevivir y llegar al suelo.
¿Qué está en juego para Elon Musk y para el planeta?
Con más de 7.000 satélites Starlink orbitando, según datos de 2024, los desafíos van más allá de inconvenientes técnicos. Primero, existe un aumento significativo del riesgo de choques con otros satélites o con la Estación Espacial Internacional.
Segundo, las reentradas descontroladas pueden generar fragmentación de residuos que perdure en órbita y detone lo que se conoce como el síndrome de Kessler, donde una colisión genera más basura y así sucesivamente.
Y mientras el Sol impone sus reglas, Musk y su equipo deben dirigir esfuerzos a:
Mejorar modelos de predicción de reentrada durante actividad solar.
Reforzar la estrategia de desorbitado activo, usando propulsión para evitar trayectorias peligrosas.
Monitorear trozos de desintegración para proteger a la población.
Este frente nuevo y natural ha puesto a prueba hasta ahora los avances tecnológicos de SpaceX. Aunque Musk está acostumbrado a presionar el botón acelerar, el Sol parece decidir cuándo frenar el tren estelar.
Próximos meses: claro objetivo para Starlink, o desastre orbital
El ciclo solar aún no tocó su pico total. Los expertos advierten que en los siguientes 12 a 18 meses, mientras la actividad solar siga alta, podemos ver un ritmo mayor de reentradas inesperadas .
SpaceX debería intensificar:
Cooperación con agencias como NASA para usar datos de Dst y F10.7 solares.
Ajustes dinámicos a órbitas de satélites en fase baja durante tormentas.
Comunicación transparente con reguladores y público sobre posibles reentradas peligrosas.
Si bien no es la primera amenaza para Starlink, sí es la más natural y fuera del control humano directo hasta la fecha.