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Fuente: ShutterstockMikolaj Barbanell
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El príncipe William encara un desafío delicado: definir quién formará parte del círculo más cercano y activo de la monarquía británica una vez sea rey. Su prioridad parece clara: mantener un núcleo reducido, funcional y enfocado, sin complicaciones familiares.
En ese contexto, destaca la figura de su prima, la princesa Beatriz, quien, pese a su cercanía con el futuro monarca, podría quedar fuera de los altos círculos de decisión.
Expertos y antiguos miembros del Palacio de Buckingham sugieren que William busca consolidar una estructura más austera, donde solo quienes asuman responsabilidades oficiales tengan voz y relevancia.
Un rol difícil de imaginar
Aunque numerosos analistas reales indican que Beatriz y su hermana Eugenie podrían desempeñar papeles de apoyo cuando William sea rey, la realidad es más matizada.
Ingrid Seward, autora y editora de Majesty Magazine, explica que ambas princesas "están siendo preparadas en segundo plano" y podrían incorporarse a labores de representación-como antes lo hicieron otras royals discretas.
Sin embargo, esa posibilidad contrasta con la visión del ex mayordomo real Grant Harrold, quien considera improbable que Beatriz ingrese como royal activa oficial.
Argumenta que ella tiene una carrera independiente y solo interviene cuando la familia lo requiere, sin la obligación de ocupar un puesto permanente.
Otro miembro de la Familia Real podría ocupar un lugar privilegiado
Mientras Beatriz parece relegada, otra figura sobresale: Zara Tindall, hija de la princesa Ana. William podría ampliar los roles oficiales a su prima, cuya reputación es sólida, con fuerte compromiso público y una imagen cercana al pueblo.
Esa decisión encajaría con la visión de una monarquía moderna, eficaz y con rostros respetados. Eliminar figuras cuya labor es más simbólica ayuda a reforzar una estructura más eficiente, basada en personalidades preparadas y comprometidas con funciones claras.
En búsqueda de un equilibrio entre cercanía y funcionalidad
Beatriz ha demostrado en repetidas ocasiones su diplomacia y discreción, manteniendo relaciones cordiales incluso en medio de tensiones familiares, como el distanciamiento con el príncipe Harry.
Aun así, esto no parece suficiente para asegurar una posición relevante en el futuro reinado de William. Lo que podría pesar más es su estilo de vida independiente y su trayectoria profesional fuera del servicio real.
El príncipe William apuesta por consolidar un grupo centrado en tareas oficiales, con figuras que estén comprometidas al 100% con las responsabilidades institucionales.
