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La pasión por los deportes extremos siempre ha sido una atracción irresistible para muchos. Pero esa misma pasión puede convertir la más cuidada preparación en un instante fatal. Marta Jiménez lo sabía bien: a ella le pusieron el apodo de "mujer adrenalina" por arriesgarse como pocos.

Este domingo 13 de julio, Marta falleció de forma trágica mientras realizaba un salto BASE en Punta Calva, en el valle de Gistaín (Huesca). Tenía apenas 34 años y una trayectoria de más de 390 saltos, entre ellos varios en el plató de El Hormiguero.

Cómo fue el accidente

La mañana del siniestro, la Guardia Civil de montaña activó los protocolos de emergencia tras recibir el aviso. El salto se produjo desde una cresta rochosa de la sierra, cuando el equipo de rescate estableció comunicaciones con la unidad aérea en Plan (Huesca).

A pesar de la rápida respuesta del GREIM de Boltaña y efectivos sanitarios, el impacto causó heridas incompatibles con la vida. El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Huesca.

Marta no era una novata. Su pericia en deportes de riesgo incluía puenting, rope jump, bungee y saltos BASE. Como ingeniera química y fundadora de la empresa High Jump, defendía una práctica responsable; siempre revisaba su equipo, planeaba cada salto y estudiaba el terreno y condiciones meteorológicas.

De plató a los riscos aragoneses

Desde marzo de 2023, Marta compartía los espectáculos en El Hormiguero con desafíos imposibles. Desde saltos en grúa de 60m hasta bungee o wakeboard sobre piscinas hinchables. Su arrojo le valió el cariño del público y el reconocimiento de Pablo Motos.

El propio presentador despidió a Marta con una carta pública: "Ha perdido la vida haciendo lo que más amaba. Estamos desolados... pero no nos van a impedir recordarla cuando gritaba de alegría".

Además, los alpinistas Iker y Eneko Pou le dedicaron un homenaje lleno de emoción: "Una persona de esas que dejan una huella profunda... te queremos y sigue volando alto", escribieron.

El salto que no deja margen al error

El salto BASE, por su acrónimo en inglés (Buildings, Antennas, Spans, Earth), exige precisión extrema. Alturas entre 100y1000 metros y tiempo limitado para abrir el paracaídas aumentan el riesgo.

En Huesca, este accidente se suma a una lista de nueve fatalidades similares que han ocurrido durante 2025 en el entorno natural del Alto Aragón.

Marta era consciente de la peligrosidad, al punto de describir el instante antes del salto como "una meditación activa". Recomendaba tener al menos 200-400 saltos en paracaídas antes de iniciarse en BASE, y más aún contar con entrenador, equipo técnico y revisión meticulosa del lugar.

Un legado de pasión y valentía

La desaparición de Marta deja un vacío en la televisión y entre quienes aman las montañas. Compañeros, profesionales del deporte extremo y fans comparten su conmoción. Ella hizo de su vida una misión de superación, combinando formación académica y espíritu aventurero.

Hoy, su figura simboliza la fina línea entre desafío y tragedia. Marta Jiménez vivió con intensidad y soñó alto. Su muerte, aunque dolorosa, nos recuerda el respeto que exige cualquier deporte extremo... por bello que parezca.