El mar Mediterráneo está enfrentando una amenaza creciente que podría alterar profundamente su ecosistema y sus sectores económicos más vitales: la llegada del pez globo plateado (Lagocephalus sceleratus).
Este pez altamente venenoso, originario del mar Rojo, ha cruzado el canal de Suez y se ha instalado en las aguas del litoral europeo, causando alarma en países como España, Italia, Grecia y Turquía. Los profesionales de la pesca y el turismo ya están observando sus efectos, y la preocupación aumenta ante su capacidad de propagación y los peligros asociados.
La principal amenaza del pez globo plateado no solo reside en sus impactos ecológicos, sino también en sus riesgos para la salud humana. Este pez es portador de tetrodotoxina, una potente toxina que puede bloquear el sistema nervioso y causar parálisis respiratoria, lo que lo convierte en una amenaza grave si se ingiere.
Lo más alarmante es que ni el calor ni el cocinado eliminan su toxicidad, lo que ha generado alertas entre los consumidores y las autoridades sanitarias.
El impacto en el ecosistema y la pesca
El pez globo plateado no solo es venenoso, sino que también daña las redes, anzuelos y capturas, lo que reduce la rentabilidad de la pesca artesanal.
Su alta capacidad reproductiva es otro factor alarmante: cada hembra puede liberar más de un millón de huevos, lo que favorece su expansión a gran velocidad.
El impacto en el turismo y la conciencia pública
Además de su impacto económico en la pesca, el pez globo plateado también afecta al turismo en las costas mediterráneas. La presencia de este pez en aguas turísticas puede generar temores en los bañistas y turistas, especialmente si las autoridades no actúan con rapidez para controlar su proliferación.
Los esfuerzos por informar a los consumidores y pescadores sobre los peligros de esta especie se intensifican, pero la propagación del pez sigue siendo difícil de frenar sin una estrategia coordinada entre los diferentes países afectados.