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El debate teórico que, en el marco de la campaña electoral, se planteó al interior del frente Todos sobre la necesidad de transformar los planes sociales en empleo genuino, tiene en las economías regionales un costado que es difícil de ver con precisión desde el Microcentro porteño.
"Lo que vemos en Misiones es que las organizaciones sociales o estas 'pymes del piquete' y los principales colocadores de palos en la rueda para las producciones, exigen a la gente que cuando los convocan para los cortes de ruta o los acampes tienen que dejar sí o sí su trabajo e ir a la protesta", asegura Christian Klingbeil. presidente de Asociación de Productores Agrícolas de Misiones (APAM).
El telón de fondo de este reclamo es la creciente dificultad de conseguir "brazos" para la cosecha de yeba mate y té, los principales cultivos de la zona, aunque este fenómeno no es privativo de Misiones.
También se ha denunciado un fenómeno similar en el Alto Valle de Río Negro con las frutas de pepita (manzanas y peras), el durazno, el olivo y la vid en las provincias cuyanas y en otras economías regionales.
Además de productor y dirigente agropecuario, Klingbeil es candidato a diputado nacional por Juntos por el Cambo en Misiones. Explica que las organizaciones sociales "les exigen a los trabajadores no estar registrado o que pueden trabajar pero en negro" porque de esa manera "les garantizan equis sueldo, o equis beneficio social".
"Si estuvieran registrados o en blanco ellos se quedan sin argumentos para pelearle al Estado que tienen gente desocupada", sostiene el dirigente. Y agrega que "esto va muy en contra del mismo decreto del Presidente", en alusión a la medida que anunció el propio Alberto Fernández el mes pasado en el Coloquio de IDEA.
Klingbeil enfatizó que "estas pymes de piquetes, realmente, son un gran obstáculo en el país para poder producir y dar trabajo, y consideró: "Claramente, hay que ir en contra de estas organizaciones".
Estas apreciaciones fueron hechas en el marco de una entrevista con un Radio Génesis de Misiones.
Costos en alza
Consultado sobre cómo está hoy la actividad y los principales puntos de la agenda productiva, el productor señaló que uno de los aspectos que más perjudica es la suba del precio de los insumos y los bajos que se pagan por la producción.
Recordó, por caso, que por el té se sigue pagando a razón de $ 9 por kilo, pese a que había un acuerdo para abordar el tema en un reunión del Comité Provincial de Té (Coproté) el pasado 15 de octubre, que todavía no se realizó y planteó que "se habla que después de las elecciones sube el combustible".
En ese sentido alegó que la inflación de la producción agropecuaria es muy superior a la inflación general de la economía.
A fines de agosto el bidón de herbicida (glifosato) de 20 litros costaba $ 16.000, hoy a mitad de noviembre ya cuesta $ 32.000
Explicó que a fines de agosto se discutió el precio del té y en ese momento, por mencionar uno de los insumos, el bidón de herbicida (glifosato) de 20 litros costaba $16.000, hoy a mitad de noviembre ya está costando $ 32.000, comprando por cantidad.
"Tenemos una inflación que nos está comiendo el hígado. El Estado le echa la culpa a Rusia o a los EEUU por lo que sube pero tampoco 'tira un centro' (sic) de bajar algún impuesto, algo para compensar ese aumento, para que podamos seguir laburando", destaca el productor. Y se preguntó con tono de amargura: ¿Cómo seguimos con estos numeritos?