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A pocos días del cierre de listas en la provincia de Buenos Aires, la alianza entre el La Libertad Avanza y el PRO sufre una nueva baja de consideración que si bien no es la primera, sí marca un antecedente dentro del pelotón de intendentes amarillos a los que la conducción partidaria contaba dentro del acuerdo. Las dudas giran en torno a si esta salida dará inicio a una sangría peligrosa para los intereses de ese frente.
Se trata de Javier Martínez, intendente de Pergamino, localidad de la Segunda Sección electoral bonaerense que cuenta con cerca de 90 mil electores que, hasta hoy, estaba bajo el ala del PRO. Se sumará a Hechos, el espacio que conduce un exjefe comunal que supo ser "amarillo", como es el caso del nicoleño Manuel Passaglia.
"Pergamino y San Nicolás son ejemplos de gestión en la provincia. Ahora es momento de unir esfuerzos con quienes comparten nuestra manera de trabajar y mostrar resultados. Con Manuel Passaglia y Paula Bustos vamos a competir en estas elecciones desde un lugar claro: al kirchnerismo no se le gana discutiendo, se le gana con hechos", señaló en un comunicado.
"La forma en que hemos resuelto los problemas de la ciudad nunca tuvo ideología. El pavimento, las obras, el crecimiento de la industria, el sostenimiento de la salud y la seguridad son temas esenciales. Requieren gestión, responsabilidad y compromiso. En septiembre es por Pergamino", señaló el intendente, con un mensaje que busca hacerse fuerte en lo local.
En el PRO, la novedad fue recibida haciendo foco en la idea de que esa decisión favorece al kirchnerismo, la línea rectora que ha bajado desde la conducción del partido.
"Nos parece una pena que algunos dirigentes como Javier no hayan aprendido que la unidad es el único camino para terminar con el populismo que lo único que hace es empobrecer a los bonaerenses y extorsionar a los intendentes", señalaron fuentes partidarias y fueron más allá diciendo que "resulta lamentable" que el intendente "elija ser funcional a ese modelo".
¿Mas fugas en el horizonte?
El pasado 9 de julio, cuando se anunció la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza, el partido que fundó Mauricio Macri emitió un comunicado en el que se afirmaba que "todos los intendentes" de la fuerza se sumaban al entendimiento.
Sin embargo, la alianza dada a conocer estaba lejos de cerrar la disputa por la confección de las listas locales. Si bien se había afirmado que se respetaría la "territorialidad" de los jefes comunales, por estas horas, la realidad sería otra.
El día siguiente a ese anuncio, el intendente de Puan, Diego Reyes, se había quejado: "Te terminan forzando a alinearte con gente que no tiene nada que ver en el territorio y eso después complica la gestión. Y si te entorpece la gestión, hace cada vez más difícil que puedas darle soluciones a los vecinos". Además había adelantado que "Más allá de los acuerdos nacionales o provinciales que haya", el "gran compromiso con el vecino".
La opción del frente que conducen los hermanos Passaglia tienta a los dirigentes del PRO, pero no es la única. También está "Somos Buenos Aires", la entente que reúne a radicales, peronistas, socialistas y otras expresiones partidarias y que, por estas horas, podría anunciar un nuevo "pase".
Mientras tanto, El Cronista pudo saber que también se evalúa dejar atrás el acuerdo entre el PRO y LLA en la localidad de 9 de Julio. Allí, la intendenta María José Gentile analiza cuáles son las mejores opciones para competir en septiembre.
Al parecer, los negociadores libertarios imponen altas exigencias: "Se renuevan 9 bancas en el Concejo. En una muy buena elección conseguís 4 o 5 y desde LLA piden los primeros 4 lugares de la lista", señaló un conocedor de las negociaciones en ese distrito.
Mientras tanto, en otras intendencias amarillas se mantienen en silencio y se teme que la sangría pueda ser mayor hasta el cierre de las listas del sábado.