No son unas elecciones legislativas normales. Los comicios de este domingo son mucho más que un simple reacomodamiento de bancas parlamentarias: en las urnas se pondrá en juego una suerte de plebiscito real a la gestión del presidente Javier Milei y, como contracara, se define también el nuevo mapa de la oposición al gobierno de cara a las presidenciales del 2027.
Todo esto se disputa en estas elecciones dominicales de la Argentina. Tanto desde la mirada del vértice mayor del poder como de la oposición llana estas son unas elecciones a todo o nada, como suele ocurrir con la pasión argentina en juego.
El presidente Milei jugó a fondo en la campaña electoral al punto que puso bajo examen riguroso en las urnas su propia gestión de gobierno. "Esta elección de medio término no es una elección como cualquier otra, nunca antes en la historia un gobierno impulsó un cambio tan profundo como estamos impulsando nosotros", dijo el presidente en el cierre de campaña en Rosario.
De esta manera, Milei apuesta a aumentar la base legislativa para seguir adelante con el plan de reformas profundas que espera imponer en la Argentina. Esto es: una reforma laboral e impositiva como primera apuesta post electoral y una segunda Ley Bases. En los cálculos más optimistas de LLA creen que un resultado favorable les daría entre 70 a 75 escaños en Diputados. No será suficiente para tener mayoría propia por lo que Milei estará obligado a buscar consensos con la oposición dialoguista, una tarea que el presidente nunca estuvo acostumbrado a ejercer en lo que lleva al frente de la Casa Rosada.
En la oposición de Fuerza Patria se juegan también muchos otros factores. No sólo es la apuesta por frenar la ola violeta libertaria en el Congreso sino que también en las urnas peronistas se definirán los liderazgos de Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa. La mirada está puesta en obstruir las reformas del gobierno en el Parlamento y al mismo tiempo dilucidar quienes se acomodan para la carrera por la presidencia en el 2027.
Desde el sector de los gobernadores radicales y peronistas no kirchneristas nucleados en Provincias Unidas la apuesta mayor es la de conformar una nueva oposición a Milei diferente de Fuerza Patria. Se pone en juego aquí el peso de distritos clave como Santa Fe, Córdoba, Chubut, Jujuy, Corrientes y Santa Cruz. No fue casual que Milei criticara con dureza a este sector de fuerzas de centro: "Todos los que estén en el medio son cómplices de los exterminadores de la sociedad", dijo el presidente en un ataque de furia proselitista. Es entendible. Esta oposición representa los votos de sectores medios que en muchos casos están desencantados con los libertarios.
Todas estas batallas hacen pensar en un resultado muy parejo en el recuento final de votos. Las últimas encuestas mostraban esa paridad con cierto margen favorable a Fuerza Patria. Pero el ánimo optimista del gobierno va más allá de esos pronósticos y aventuran una victoria ajustada.
Nadie puede aventurar aun cuánto impactará en las urnas los errores propios de los libertarios como el caso de José Luis Espert mezclado con el narcotráfico, las denuncias de irregularidades en la Agencia de discapacidad, los vetos a las leyes de financiamiento educativo, discapacidad y jubilados o el affaire de criptogate LIBRA o incluso la salida anticipada del canciller Gerardo Werthein.
Tampoco está definido el peso que tendrá en Fuerza patria la puja descarnada entre kirchneristas y referentes de Kicillof. Ni siquiera está medido en votos aun el impacto de Cristina Kirchner presa.
Otro interrogante abierto en el voto es el de la situación económica. Es decir, si ello será detonante central para definir el resultado electoral. Al parecer la baja de la inflación por sí sola no aseguraría una victoria segura a LLA. Hay sondeos que mencionaban que el 59% de los argentinos considera que la situación está peor que el año pasado. ¿Los adeptos de Milei del 2023 seguirán firmes en estos comicios de medio término? ¿Cuánto influirá la situación personal-económica de cada uno de esos votantes?
El salvataje financiero de Donald Trump a la Argentina con SWAP de 20.000 millones de dólares incluido, también podrían influir a la hora del voto. De hecho, el presidente norteamericano le imprimió fibra electoral al acuerdo de Estados Unidos y Argentina con aquella frase polémica de que si pierde Milei "no seremos tan generosos con la Argentina".
En ese contexto el kirchnerismo le impuso un aire de vieja guardia peronista al asunto en la campaña. Rememorando el "Braden o Perón" de 1946 Cristina Kirchner habló de votar por "Milei o la Argentina" en abierta oposición al acuerdo Trump-Milei.
Hay otros factores exógenos a la situación de cada partido que sin dudas también pesarán a la hora del voto.
Uno es el sistema novedoso de Boleta Única de Papel y el otro es el fantasma del ausentismo o la apatía.
Ante la Boleta Única de Papel nadie sabe aún cómo va a funcionar en términos de agilidad en la votación, en el escrutinio y de cara al aparato partidario, sobre todo del peronismo bonaerense. Hay quienes creen que esto implicará un problema para el peronismo por la falta de agilidad y conocimiento del sistema de parte del aparato de los intendentes. El gobernador Axel Kicillof ya cuestionó en estos días la novedad de la BUP y alertó sobre el desconocimiento elevado de la gente ante este sistema de voto.
Por otra parte, el factor apatía sumado a ausentismo es un semáforo rojo para el gobierno. Ayer en Rosario el presidente instó a la gente a salir a votar. Es que hay cierto temor en LLA por una eventual abstención de votantes. Un ausentismo marcado como el que se vio en algunas elecciones anteriores (CABA, Buenos Aires o Santa Fe) jugaría en contra del oficialismo, evalúan.
Las encuestas cualitativas que se vieron últimamente indican que hay un alto nivel de apatía sobre todo del electorado de clase media y alta en estas elecciones y que ello podría repercutir a la hora de ir a votar. Se supone que buena parte de esos votantes apoyaron a Milei en las presidenciales, de allí la preocupación oficial. El gobierno estima que habrá un 30% de ausentismo en estas elecciones, una cifra que responde a los parámetros históricos.
Ya están todos los mensajes arrojados sobre la mesa y el partido ahora se juega en las urnas. El futuro inmediato del gobierno de Milei y la apuesta opositora hacia el 2027 se dirime en las elecciones de este domingo junto con la historia de la Argentina.