"La lucha contra el crimen organizado y la corrupción depende, fundamentalmente, de cada uno de nosotros, los jueces, y de que actuemos honrando el valor de la independencia judicial". Con estas palabras, el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Carlos Rosenkrantz, cerró su exposición en el marco del primer Seminario Antimafia Ítalo-Argentino, organizado por la Cámara de Diputados de la Nación. Como en cada uno de los discursos que pronuncia desde que asumió la presidencia del Máximo Tribunal, Rosenkrantz hizo hincapié en dos atributos que considera clave para el buen desempeño de la justicia: independencia y confianza.

Luego de que esta semana Rosenkrantz haya estado nuevamente en el centro de la escena por votar a contramano del resto de los miembros de la Corte Suprema de Justicia, esta tarde, en el marco del seminario impulsado por el diputado Fernando Iglesias y que se enfoca en uno de los ejes de campaña del Gobierno, de cara a las elecciones de octubre, habló de la falta de confianza por parte de la sociedad para con la Justicia. "Yo he insistido con mucha vehemencia -lo que no ha estado exento de críticas- en que, por su eminente rol, la justicia debe ser la más confiable de todas las instituciones del Estado. La justicia para generar confianza debe ser a su vez confiable", dijo en su alocución, en la que se vio acompañado por el canciller Jorge Faurie y por procurador Antimafia de Italia, Federico Cafiero.

A la hora de referirse a las mafias, admitió que estas "representan un extraordinario desafío para el derecho hoy y, como natural consecuencia, para el Poder Judicial". Para luego acotar que su surgimiento no son más que "un testimonio del fracaso del derecho".

"Las mafias suelen aparecer cuando la generación de confianza de que las normas serán cumplidas por todos se torna difícil de producir y conservar", subrayó en otro tramo de su alocución", dijo en otro tramo de su alocución, que comenzó minutos antes de las 17.

"Si el Estado no reacciona, emerge el crimen organizado que, a su vez, genera un subsistema de lealtades peligroso y muy difícil de combatir. El aspecto particularmente peligroso del crimen organizado es que puede penetrar el Poder Judicial y, haciéndolo, puede desbaratar nada menos que al órgano encargado de generar la confianza necesaria para la cooperación en la legalidad", explicó el magistrado.

Además de hacer fuerte hincapié en la confianza, Rosenkrantz aludió a la independencia. Fue en este sentido que aseguró que, si bien el Poder Judicial necesita recursos presupuestarios y legales "para hacer bien su trabajo", existen recursos que deben ser provistos por los mismos jueces y "deben provenir de la cultura interna del propio Poder Judicial". E hizo énfasis en "un recurso muy simple", pero fundamental: el valor de la independencia judicial. "La independencia es el ingrediente ineludible para que podamos proveer los reaseguros que la cooperación social requiere. Se trata de un valor central cuya importancia a veces se pierde de vista".

"Debemos ser independientes de otros intereses que no sean estrictamente jurídicos. Debemos resolver aplicando el derecho más allá de los intereses políticos, ideológicos, sectoriales o personales que estén en juego", dijo ya casi al final de su exposición, para luego asegurar que esa "es la mejor manera de mostrar que los jueces son impermeables a las mafias".

"Nuestra independencia es la mejor garantía antimafia", remató.