Con 45 votos a favor, 17 en contra, y una abstención, el Senado aprobó el Consenso Fiscal y dejó en manos de Diputados el pacto al que adhirieron las provincias, salvo CABA, San Luis y La Pampa. De sancionarse la iniciativa, los gobernadores quedarán habilitados a subir y crear nuevos impuestos. El oficialismo, en tándem, votó a favor; Juntos por el Cambio, dividido. Los senadores de provincias gobernadas por radicales votaron a favor, salvo el jefe del interbloque, Alfredo Cornejo, que se abstuvo.
El Acuerdo Fiscal fue celebrado en diciembre del año pasado en Casa Rosada, pero en el Senado durmió el sueño de los justos hasta la semana pasada. De manera intempestiva, en paralelo a la renuncia de Sergio Massa a Diputados para encabezar el Ministerio de Economía, el tema fue reflotado.
Se trata del pacto al que llegaron los jefes provinciales con Alberto Fernández a finales de 2021, que habilita a las jurisdicciones de incrementar impuestos como Ingresos Brutos y Sellos. Asimismo, les da la potestad de crear el impuesto a la herencia que solo rige en la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué reapareció tan de golpe un tema que parecía haber quedado en el olvido? La lectura que hizo más de un senador fue el temor a que la llegada de Massa al Palacio de Hacienda implicara un ajuste para las provincias. Temen que Massa, para achicar el déficit fiscal, haga recortes en las transferencias a sus distritos.
Con la sanción del Consenso, los gobernadores no lograrían blindarse de esos recortes, pero sí compensar al menos parte de esas pérdidas aumentando la carga impositiva local.
La irrupción del tema en la Cámara que lidera Cristina Kirchner se produce en medio de un contexto en el que los gobernadores no ven a Massa como propio: le desconfían.
Temen que el ajuste que emane de su cartera los afecte a ellos. En la recta final de lo que será un año electoral, un recorte en las transferencias a las provincias podría resultar letal para sus planes.