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El Fondo Monetario Internacional (FMI) pidió este miércoles reforzar el ajuste fiscal y contener la inflación para estabilizar la economía del país. A través de un informe titulado "Las Américas: Navegando condiciones financieras más restrictivas", el organismo advirtió que las debilidades domésticas, así como un contexto global más desafiante, agravan las perspectivas de la Argentina.
"En Argentina, las vulnerabilidades internas y la incertidumbre en torno a las políticas, sumadas a un empeoramiento del entorno externo, están agravando las perspectivas", señala el documento elaborado por el Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, que conduce Ilan Goldfajn.
Y agrega: "La adopción de políticas más restrictivas en el marco del programa respaldado por el FMI será fundamental para apuntalar la estabilidad y contener la inflación, que ahora se proyecta que ascenderá a 95 por ciento a finales de 2022.
El documento redujo las previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe, que pasaría de crecer 3,5% este año a 1,7% el próximo. Y en el caso de la Argentina, puntualmente, prevé que la actividad se expanda 4% en 2022 para reducirse a 2% el año próximo.
"Se proyecta que el crecimiento del PIB real se modere a 4% este año, pero los riesgos a la baja predominan sobre estas perspectivas", destaca el informe, que estima, además, una inflación del 60%, en base a las proyecciones del Gobierno.
Por último, proyecta un déficit fiscal primario del 1,9% del PBI para este año y del 1,4% para 2023.
Triple shock para la economía de las Américas
El documento señala que la evolución económica reciente en las Américas - Estados Unidos, Canadá, y América Latina y el Caribe - ha estado dominada por el impacto de dos shocks mundiales distintos: la pandemia de COVID y luego la invasión de Rusia a Ucrania. A estos impactos se agrega un tercer shock: el endurecimiento de las condiciones financieras.
En medio del endurecimiento monetario y financiero mundial, y la consiguiente ralentización del crecimiento global y la moderación de los precios de las materias primas, se prevé que la actividad se desacelere en toda la región de las Américas a finales de 2022 y en 2023, al tiempo que se espera que las presiones inflacionarias cedan gradualmente.
Los riesgos a la baja predominan en las perspectivas, y se vinculan con las condiciones financieras más restrictivas, una desaceleración mundial más pronunciada y el arraigamiento de la inflación.
El documento redujo las previsiones de crecimiento para América Latina y el Caribe, que pasaría de crecer 3,5% este año a 1,7% el próximo. Y en el caso de la Argentina, puntualmente, prevé que la actividad se expanda 4% en 2022 para reducirse a 2% el año próximo.
En este contexto, "una drástica caída de los precios de las materias primas y el malestar social son riesgos importantes. Dado que la inflación aún no cede, y que la mayoría de las economías siguen operando a su nivel potencial o cerca de este, debe evitarse un relajamiento prematuro de la política monetaria, la cual debe mantener su curso".
"El ímpetu de crecimiento continúa en América Latina y el Caribe y se prevé que la región crezca 3,5% en 2022. Pero en vista del endurecimiento de las condiciones financieras mundiales, se proyecta que el crecimiento se desacelere a 1,7% en 2023, concluyó el informe presentado en Santiago de Chile por Nigel Chalk, director en funciones del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI; Gustavo Adler, Jefe de División de Estudios Regionales; y Ana Corbacho, Jefa de Misión para Chile.
EN DESARROLLO.