El Gobierno envió al Congreso para que trate en sesiones extraordinarias cuatro convenios bilaterales para evitar la doble imposición sobre impuestos patrimoniales, como Ganancias y Bienes Personales, que beneficiarán a empresas multinacionales radicadas en países con cargas tributarias más bajas que las de Argentina y a firmas chinas de propiedad estatal.
Los acuerdos a los que el Ejecutivo busca darle impulso se firmaron entre diciembre de 2018 y junio de 2019, durante la presidencia de Mauricio Macri. La administración de Alberto Fernández congeló su tratamiento. Son convenios bilaterales con Japón, China, Turquía y, quizás el más polémico, Luxemburgo.
Los convenios bilaterales para evitar la doble imposición tienen como objetivo evitar que una empresa pague dos veces el mismo impuesto a la renta generada en alguno de los países firmantes. Los Estados buscan favorecer inversiones y brindar seguridad jurídica a las empresas con estas herramientas.
La firma de convenios para evitar la doble imposición es habitual. Argentina firmó 26 acuerdos, de los cuales cinco no están vigentes: además de los que se enviaron al Congreso, no rige uno con Austria. Una vez que el Congreso los ratifica, obtienen la jerarquía constitucional que alcanzan los acuerdos y tratados internacionales.
Según César Litvin, CEO del estudio que lleva su apellido, los convenios suelen seguir dos modelos de redacción. "Uno es el modelo ONU y, en los últimos tiempos, tomó más protagonismo el modelo OCDE, que es más moderno", dijo. "Ahora se pretende volver a poner sobre el tapete convenios de 2019 que, por cuestiones ideológicas, no tuvieron tratamiento en los últimos años en la Argentina", añadió.
Japón
Pero la letra chica es determinante. El acuerdo con Japón, por ejemplo, excluyó de la definición de regalías, en su artículo 12, a la "asistencia técnica", en contra de lo que viene firmando Argentina desde 1980. Según el extitular de la Aduana Guillermo Michel, "Argentina no podrá gravar, ni siquiera con un 10%, las regalías por asistencia técnica que se paguen a empresas de Japón". En su opinión, "esto beneficia de manera sustancial a la principal automotriz japonesa radicada en nuestro país", ya que podrá desgravar mayores impuestos.
La ratificación de este acuerdo también podría activar la cláusula de "nación más favorecida" que existe en convenios firmados con otros doce países (algunos, pendientes de aprobación parlamentaria). Estos podrían pedir un tratamiento similar y hacer mermar la recaudación local.
Luxemburgo
El acuerdo con Luxemburgo, según Litvin, sigue el modelo OCDE. Ese pequeño estado es la sede fiscal preferida de muchas empresas multinacionales, entre las que se encuentra el holding Techint. El convenio, firmado en Washington, el 13 de abril de 2019, exceptúa de la tributación en el origen a las ganancias de capital por venta de acciones, reorganizaciones y transferencia de inmuebles, por ejemplo.
También afectaría la recaudación de Ganancias por marcas y patentes y limitaría la tributación sobre regalías a un rango de entre 3 y 10 por ciento. Las regalías por contratos de transferencia de tecnología, del 31,5% en la legislación local, se limitarían a un tope de 15%. Y aquí también podría invocarse la cláusula de nación más favorecida por los firmantes de otros tratados bilaterales.
Según la ONG Tax Justice Network, Luxemburgo es el quinto país más opaco en lo que refiere a secreto financiero y el sexto entre las guaridas fiscales preferidas por las grandes corporaciones. La ONG estima que las multinacionales radicadas allí evitan el pago de u$s 12.000 millones al año en otros países con cargas tributarias menos laxas.
Litvin afirmó que Luxemburgo "ya no es un paraíso fiscal, porque no tiene opacidad sobre quiénes son accionistas y en los intercambios de información fiscal".
El acuerdo con China limita al 5% la tasa sobre dividendos y ganancias de capital en empresas estatales chinas. No se habilitaría la aplicación de la ley interna para ninguna deducción, por contener un artículo de no discriminación.