Luego de las vacilaciones iniciales, apoyadas en las rispideces del Gobierno con la Iglesia, y en particular con Jorge Bergoglio cuando era la máxima autoridad del clero local, la mayoría de los políticos del oficialismo ha querido sacarse fotos con el Papa y, cada tanto, desfilan por el Vaticano en busca de esa cucarda bendita. Una de las que más revuelo causó fue la que el sumo Pontífice se sacó con la bandera de La Cámpora, al margen de los encuentros con la presidenta Cristina Fernández, que no por su carácter protocolar en tanto cumbres de dos jefes de Estado, incomodaron a la oposición.

Sin embargo y pese a que el lider de los católicos se colmó de consejeros oficiosos para que moderara o fuese más selectivo con las “selfies”, una encuesta del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano (UB) determinó que “los contactos del Sumo Pontífice con funcionarios del Gobierno y militantes kirchneristas no lo han afectado negativamente”.

Según el trabajo, ocurrió algo contrario: “Parecen haber alimentado la percepción pública de que Francisco es amplio y tolerante”.

El relevamiento arrojó que al 51% de los ciudadanos esa relación no le ha modificado la imagen que tiene del Papa. En tanto al 16% le cambió la imagen para mejor y al 12% para peor. Un 21% no sabe qué opinar sobre el tema.

La encuesta se realizó del 20 al 28 de octubre último, sobre 620 casos efectivos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.