El resultado electoral del domingo 26 de octubre reconfiguró el escenario político y dejó como saldo un triunfo decisivo para el oficialismo de La Libertad Avanza. Pero más allá de la dinámica interna, hubo un actor externo cuyo papel resultó determinante en las semanas previas a los comicios: el gobierno de Estados Unidos.

A través del respaldo explícito del presidente Donald Trump y del secretario del Tesoro, Scott Bessent, Washington se involucró activamente en la fase final del proceso electoral, en una señal de confianza hacia la continuidad del programa económico de Javier Milei. La decisión de concretar un swap de monedas por 20 mil millones de dólares y asegurar la disponibilidad de otros 20 mil millones en recursos provenientes de bancos estadounidenses se tradujo en operaciones de compra de pesos que contribuyeron a estabilizar la moneda local en un momento crítico.

Lejos de cualquier gesto triunfalista, la Cámara de Comercio de Estados Unidos en la Argentina (en AmCham Argentina) difundió este lunes un comunicado de tono prudente, en el que reafirmó su compromiso con "el desarrollo sostenible y competitivo del país" y definió el momento actual como "una nueva oportunidad para avanzar hacia las transformaciones estructurales que Argentina necesita".

AmCham valoró como un logro de los primeros dos años de gestión de Milei "alcanzar la estabilidad macroeconómica y la desregulación", pero señaló que el país enfrenta todavía desafíos decisivos. "Argentina necesita mejorar su competitividad, modernizar su infraestructura, simplificar su sistema tributario, adecuar las normas sobre las relaciones laborales modernas e impulsar la formalidad laboral y fiscal", sostuvo la entidad.

El comunicado subrayó además la importancia de establecer reglas claras que promuevan la inversión y la innovación. "Resulta esencial conformar un marco normativo que brinde previsibilidad, fomente la inversión y genere las condiciones necesarias para que las empresas puedan producir, innovar y generar empleos de calidad", indicó.

La cámara empresarial también introdujo un llamado a la prudencia. "Sabemos también que los procesos de cambio requieren equilibrio. Por eso, junto con la remoción de las barreras regulatorias y la creación de un entorno de crecimiento, será crítico que el Estado acompañe esta etapa con políticas de transición que protejan la empleabilidad y contengan el impacto en los sectores más vulnerables y la clase media, durante los próximos dos años", señaló.

Finalmente, el texto enfatizó que "liberar el potencial" de sectores estratégicos -como la agroindustria, la energía, la minería, la tecnología y la economía del conocimiento- exige "remover los obstáculos que hoy limitan su crecimiento y su capacidad de competir en el mundo".

En su cierre, AmCham renovó su disposición a acompañar el proceso político y económico del país, "promoviendo un entorno de previsibilidad, diálogo y cooperación entre todos los sectores, con el propósito de convertir finalmente a la Argentina en un país competitivo".