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La Línea 60 de colectivos, operada por Monsa bajo el grupo DOTA, es una columna vertebral del transporte en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Conecta barrios claves como Barracas y Belgrano con municipios como Tigre y Escobar, movilizando a miles de pasajeros diarios. Su historia, marcada por conflictos laborales sobre todo desde la adquisición por DOTA en 2010, vuelve a estar en el centro de la escena.

Este miércoles 16 de abril, los trabajadores y delegados de la línea realizarán una protesta en la cabecera de Ingeniero Maschwitz, evitando una huelga total, pero optando por la acción callejera. La medida se enmarca en un reclamo salarial urgente -exigen un básico de $2.500.000- y en medio de una conciliación obligatoria dictada para UTA hasta el 22 de abril, con posibilidad de extenderse cinco días más.

La protesta se desarrollará al mismo tiempo que transcurre una nueva reunión entre la UTA y las cámaras, que se verán las caras mañana a las 11,30. En la UTA se mostraron escépticos: "No hay ninguna conversación no hay nada positivo por ahora", admitieron.

La conciliación fue solicitada por la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ante el Ministerio de Trabajo. Sin embargo, sectores de la CGT acusaron a la conducción de UTA, liderada por Roberto Fernández, de usar esta figura para evitar sumarse al paro general del 10 de abril, desvinculándose así de la protesta coordinada con el movimiento obrero.

Fuentes gremiales revelaron a El Cronista que la base de la Línea 60 cuestiona esta estrategia: "Nos ataron de manos", señaló un delegado bajo anonimato. Los trabajadores exigen no solo recomposición salarial -argumentando que el actual básico de $1.200.000 no cubre necesidades básicas-, sino también equiparación con salarios de técnicos y mejoras en la obra social.

Ante las restricciones legales para realizar paros por temas paritarios -la justicia cuestiona las medidas aisladas mientras UTA negocia centralizadamente-, los trabajadores de la 60 optaron por una movilización que busca presionar sin violar la conciliación.

La elección de Maschwitz no es casual: es un nodo estratégico donde confluyen distintos ramales, y fue escenario de cortes anteriores, como el de mayo de 2022 contra despidos.

De cara al suspendido paro del 28 de marzo, desde la UTA ya había remarcado que la situación es crítica para los trabajadores del transporte de pasajeros. Con salarios congelados y sin perspectiva de mejoras inmediatas, el gremio sostiene que no existen condiciones para seguir esperando.

A través de un comunicado titulado "Obligados a parar", se indicó que la organización sindical se veía forzada a realizar el paro de colectivos ante la negativa del Gobierno a actualizar los haberes.

Cuáles eran los argumentos de la UTA para convocar el paro de colectivos

Al retratar el estado de situación, la UTA expuso: "Hemos asistido a la tercera audiencia en la Secretaría de Trabajo sin un ofrecimiento empresario, con argumento en la resolución 8/2025 de la Secretaría de Transporte, que proyectó que los trabajadores representados no perciban incrementos salariales hasta junio de 2025".

La entidad sindical advirtió que, "de no alcanzar un acuerdo para los trabajadores representados en la próxima audiencia convocada para el miércoles 26/03", anunciarán medidas de fuerzas para el viernes 28 de marzo.