La obra pública resiste al ajuste fiscal y se mantiene cerca de un récord

En medio de las restricciones de caja y el recorte del gasto, el Gobierno se las ingenió para llegar a las elecciones primarias con un buen nivel de ejecución de obra pública y una generación de empleo sostenida, aunque algo inferior a los picos de actividad registrados hace unos meses, según coinciden empresarios del sector. Los constructores se quejan porque el Ejecutivo estiró al máximo la cadena de pagos y demora las actualizaciones por inflación, lo que erosiona la capacidad financiera de las empresas. Pero las compañías sostienen trabajos porque, razonan, les sería más caro detener las máquinas y discontinuar trabajadores que mantener el esquema en funcionamiento. Según el monitoreo del gasto que elabora la consultora Analytica, el gasto devengado en obra pública cayó 40,6% interanual hasta fines de julio, cuando se cumplía un año de Sergio Massa al frente del ministerio de Economía. Sin embargo, ese dato "catástrofe", que surge de planillas oficiales, no baja en cascada a la actividad, que se contrae mucho menos, de acuerdo con estadísticas públicas y el pulso de los constructores. "Los indicadores de actividad son muy altos; cayeron un poco, pero desde el récord, y la actividad sigue a muy buen ritmo", dijo a El Cronista el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco), Gustavo Weiss. A mayo, la actividad de la construcción caía 2,9% interanual y 1,9% anual acumulado en cinco meses. Este miércoles, el Indec publicará el dato de junio. Un dato termómetro de la obra público, el asfalto, acumulaba una caída del 4,4% anual en cinco meses. Según el índice del Grupo Construya, la caída se habría profundizado en junio. El indicador -que no es estrictamente comparable con el informe del Indec- mostró un retroceso del 7,5% anual en los volúmenes de materiales vendidos al sector privado. El acumulado en el primer semestre arrojó una baja del 8,5% anual. "Se sostiene el nivel de los despachos en un nivel elevado, pero inferior a los récords de 2022, debido al impacto que la inestabilidad macroeconómica y las restricciones vigentes tienen sobre el bolsillo de los argentinos y sobre el desarrollo de los negocios", analizó Construya. También en mayo, la construcción empleaba a 468.200 asalariados formales, según el Ministerio de Trabajo. El empleo en el sector creció 10,2% interanual, aunque en el último mes con datos disponibles dio muestras de amesetamiento, al expandirse un módico 0,4%. "El sector de la Construcción presenta 34 meses consecutivos con variaciones mensuales positivas. Actualmente, el empleo se encuentra un 21,8% por encima del nivel previo al inicio de la pandemia y alcanzó el máximo de su serie histórica, superando así el máximo anterior registrado en marzo de 2018 (+0,7%)", destacó la cartera que dirige Raquel "Kelly" Olmos. Según datos del Ministerio de Obras Públicas que encabeza Gabriel Katopodis, hay en la actualidad 2655 obras en ejecución y 3665 proyectos ya viales, hídricos y de infraestructura finalizados durante la gestión del presidente Alberto Fernández. En lo que va de 2023, el ministerio informó que concluyeron 1401 obras, el valor más alto de los últimos cuatro años. El Ministerio de Hábitat suma a la cuenta la construcción de 120.000 viviendas. Y Energía gestiona el gasoducto Néstor Kirchner. Según fuentes del sector privado, los proyectos mantienen un buen nivel de ejecución, aunque se ralentizaron en el último año. "Lo que tiene financiamiento de bancos multilaterales, como el BID o la CAF, sigue sin problemas y se cobra en tiempo y forma", dijo un importante empresario. "El problema son las obras por convenio, que son las que gestionan las provincias con fondos de Nación, porque el gobierno nacional no manda el dinero", describió. "En las reuniones de la Cámara, todos dicen estar muy complicados por el atraso en los pagos, que con esta inflación mortal se suma al problema de la demora en la redeterminación de precios", convalidó Weiss. Según fuentes del sector, hay demoras de hasta tres meses en los pagos. Sin embargo, la ejecución continúa. "Parar una obra es muy complicado. Por un lado, por las multas que genera el incumplimiento. Pero también por los compromisos asumidos con los proveedores y la gente", afirmó Weiss. A lo sumo, agregó, hay demoras en ciertos proyectos, pero no parálisis. Para los próximos meses, el Gobierno deberá mostrar todavía más disciplina fiscal, para reducir el déficit, que viaja al 2,5% anual, a un nivel de 1,9%, tal lo acordado con el FMI. En ese contexto, el Ejecutivo busca mantener el nivel de obras y empleo. El sector más dinámico a la hora de generar trabajo, también es el que más rápido deja de contratar si los proyectos se frenan.

La obra pública resiste al ajuste fiscal y se mantiene cerca de un récord

La construcción lleva 34 meses seguidos de generación de empleo y los proyectos continúan, a pesar de que el Gobierno estiró plazos de pago y no reajusta precios por inflación.

Esteban Rafele

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