El principal objetivo de Mauricio Macri empujar a Daniel Scioli a un ballottage y ganar la presidencia en esa eventual segunda vuelta electoral encierra un escenario complejo detrás: el Congreso que quedaría configurado el 25 de octubre estaría dominado por el peronismo, mientras que los bloques del PRO serán minoritarios. Por eso, en el macrismo ya analizan estrategias que le permitan al actual jefe del gobierno porteño atravesar los primeros meses de gestión sin sobresaltos, en caso de ganar. Una de ellas es lo que llaman el "método Kirchner" para construir respaldo social.
La alusión obvia es a los primeros meses de gobierno del ex presidente Néstor Kirchner, quien ganó en primera vuelta con el 22% de los votos y no tuvo la oportunidad de disputar el ballottage frente al candidato entonces renunciante, Carlos Menem. La construcción de un vínculo fuerte con la sociedad civil en aquellos primeros meses de gobierno le permitieron al patagónico fortalecerse en la Casa Rosada y el Congreso. Y hoy, paradojas aparte, el principal opositor al kirchnerismo busca mirarse en ese espejo al imaginarse presidente.
"La única manera real que tenemos de gobernanza exitosa es con una exitosa relación con un amplio sector de la población. Es lo que yo le digo a Mauricio todo el tiempo: vos tenés que lograr hacer lo que hizo Kirchner de entrada", detalló en diálogo con El Cronista una de las principales figuras del PRO, involucrada en la campaña y el armado nacional.
Y es que, aun ganando la Presidencia en segunda vuelta, Macri debería lidiar con un Congreso configurado en la primera instancia electoral. Si esa elección plasma guarismos similares a los de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el Frente para la Victoria (FpV) consolidará definitivamente su dominio del Senado y mantendrá poder de veto sobre designaciones en el Banco Central, la Corte Suprema, ascensos militares y nombramientos en el Poder Judicial, entre otras cuestiones. En Diputados, en tanto, perdería el quórum propio pero retendría la primera minoría, escenario que le permitirá lugares estratégicos en el Consejo de la Magistratura.
Cierto es que el PRO también aumentaría en cantidad de bancas, según los números de las PASO, aunque en este caso la poca cantidad de escaños que tiene en la actualidad no lo dejará avanzar demasiado. En el Senado pasaría de tres bancas a cinco y en Diputados sólo sumando a la UCR (su aliada electoral en Cambiemos) podría convertirse en segunda minoría, unos 20 legisladores detrás del FpV.
Ante este panorama, un sector fuerte del PRO impulsa "la gran Kirchner". Es decir, tomar medidas emblemáticas durante las primeras semanas de gestión que consoliden el respaldo social al nuevo mandatario. En el caso del ex presidente fueron la purga en la Corte Suprema; la reivindicación de la lucha de los organismos de derechos humanos y una estrecha relación con las organizaciones sociales, por mencionar algunas. El macrismo, en cambio, piensa en decisiones de impacto relacionadas con la lucha contra la corrupción, la educación y el desarrollo económico, entre otras.
"Necesitamos tres o cuatro banderas que otro sector, porque no va a ser el mismo sector (que apoyó al kirchnerismo), tome para lograr que un 30, 40 o 50%, ojalá, de la población nos respalde y le ponga el freno a quienes quieran desestabilizar", evalúan cerca de Macri.