La Cámara de Diputados convirtió ayer en ley el proyecto que otorga una pensión graciable mensual cercana a los seis mil pesos para las víctimas de detención ilegal por razones de carácter político o sindical hasta el 10 de diciembre de 1983. Varios funcionarios y legisladores kirchneristas podrán acceder a este beneficio.

La propuesta elaborada por el diputado formoseño Juan Carlos Díaz Roig ya tenía la media sanción del Senado y fue aprobada por 176 votos a favor, 2 en contra y una abstención. Es el segundo beneficio que reciben los ex presos políticos, que durante el gobierno de Carlos Menem recibieron una suma fija y por única vez a modo de indemnización por cada día que estuvieron detenidos.

La iniciativa no estaba incluida en el orden del día, pero fue tratada sobre tablas a partir de un pedido de la presidenta del bloque de diputados kirchneristas, Juliana Di Tullio.

El proyecto de ley, debatido durante más de cuatro años, había obtenido media sanción en Diputados en noviembre del año pasado. Pero el Senado aprobó el proyecto de ley eliminando la fecha de inicio del período que comprendía dicho resarcimiento en el texto del proyecto de ley aprobado en Diputados, donde se especificaba desde el 6 de noviembre de 1974 hasta el 10 de diciembre de 1983. De esta manera, el proyecto giró nuevamente a Diputados, que decidió mantener la decisión de la Cámara Alta, que amplía el margen para la reparación histórica que beneficiaría a unas 10.000 personas.

La sanción en un rápido trámite de la ley fue aplaudida por los ex presos políticos que presenciaron la sesión especial en los palcos y se retiraron entonando cánticos de respaldo al proyecto que les permitirá tener la pensión vitalicia. Varios funcionarios y legisladores kirchneristas, como Carlos Kunkel, Carlos Zannini y Juan Carlos Dante Gullo, podrán acceder a esa pensión.

En caso de fallecimiento del beneficiario, podrán hacerlo sus herederos, según uno de los párrafos del proyecto de ley, que había sido presentado por un puñado de diputados ultra K como Kunkel, Gloria Bidegain, José Mongeló y Martín Sabbatella.

FUENTES: Agencias Buenos Aires