La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich se convirtió en la funcionaria que es la principal punta de lanza de la contraofensiva que pretende lanzar el Gobierno tras el escándalo por la filtración de audios cuyo presunto contenido apuntó a la existencia de una red de coimas en el ámbito de la Agencia de Discapacidad (Andis), y que ya generó la renuncia de su titular y protagonista clave en las filtraciones, Diego Spagnuolo. La reacción del Gobierno se potenció cuando trascendieron nuevos audios, en los que habría sido grabada, además, Karina Milei, la secretaria general de la Presidencia y hermana del presidente. En las últimas horas, Bullrich no solo recorrió programa tras programa en defensa del oficialismo, sino que también emitió una declaración pública a través de sus redes sociales.

Bullrich sostuvo que se trató de "una de las operaciones de espionaje ilegal más peligrosas de la historia" la filtración de audios que involucran a funcionarios nacionales y que derivaron en la renuncia del titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo.

Bullrich sostuvo que el kirchnerismo estuvo detrás de la maniobra y remarcó que "la Casa de Gobierno, la Presidencia y la Cámara de Diputados habrían sido infiltradas con grabaciones clandestinas, guardadas en silencio durante más de un año y difundidas ahora como un misil político en plena campaña electoral".

Según su planteo, no se trató de una filtración aislada, sino de "un ataque directo a la democracia argentina, una operación planificada y concertada en todas sus etapas, grabación, tiempo de espera y ejecución en tiempo electoral".

En su declaración, la funcionaria recordó lo ocurrido en 2017 con el caso Santiago Maldonado. "A dos meses de una elección nos inventaron un muerto. Pasamos 82 días bajo una de las mentiras más brutales que se recuerden en democracia", afirmó.

En esa línea, acusó al kirchnerismo de utilizar los mismos métodos. "Cuando el kirchnerismo y sus cómplices se quedan sin ideas y la violencia no les alcanza recurren a lo mismo de siempre. Pierden poder, inventan caos, crean un clima de sospecha, de miedo, de incertidumbre", expresó.

Bullrich advirtió que en esta ocasión los responsables habrían ido más lejos. "Esta vez llegaron más lejos que nunca, espiar en la propia Casa Rosada y en el Congreso de la Nación. Esto es un ataque frontal a la República", remarcó.

La ministra subrayó que los audios difundidos confirmaban la gravedad de la situación. "Dos poderes del Estado habrían sido violados al mismo tiempo. Una gravedad inédita en la democracia argentina y nuestra denuncia lo deja en evidencia", señaló.

También describió un patrón en la difusión de las grabaciones. "Su método está claro: obtención clandestina de audios, reserva durante meses y difusión escalonada en episodios, exactamente como una extorsión política", aseguró.

El objetivo, según la ministra, fue siempre el mismo: "Provocar escándalo social, dañar al gobierno y erosionar la legitimidad de las instituciones democráticas".

Bullrich criticó el rol de quienes reprodujeron las filtraciones en los medios. "Los que difunden material ilegal no están informando, están operando, desinformando. Saben que la fuente es clandestina, saben que los audios están manipulados y que el momento electoral no es casual", indicó.

En ese sentido, invocó el concepto de "real malicia" establecido por la Corte Suprema. "Esa conducta es real malicia. Es elegir deliberadamente dañar, desestabilizar, manipular la opinión pública y extorsionar a la democracia", expresó.

La funcionaria pidió no subestimar la maniobra y sostuvo que la ciudadanía comprendía el trasfondo. "Los argentinos no somos ingenuos. Sabemos que esta operación no busca decir la verdad, sino sembrar la mentira", advirtió.

Además, apuntó contra algunos sectores de la prensa. "Después hablaremos del rol de algunos que se hacen llamar periodistas, pero en realidad son agentes partidarios encubiertos, como ya lo hicieron con Santiago Maldonado", dijo.

Bullrich insistió en que la prioridad era defender al Ejecutivo. "Hoy la prioridad es dejar en claro que este gobierno no se va a arrodillar frente a las mafias ni frente a lo peor de la política", manifestó.

Reafirmó también una consigna que, según subrayó, guiará el accionar oficial. "Tenemos un principio innegociable, el que las hace, las paga. Nadie está por encima de la ley, nadie", declaró.

La ministra dejó abierta la posibilidad de acciones judiciales. "Si se confirma un delito, los responsables van a responder ante la justicia", sostuvo en su mensaje.

Bullrich argumentó que la gravedad institucional impedía cualquier margen de pasividad. "Ningún gobierno serio y responsable puede elegir la inacción frente a la posibilidad de que se haya agravado a un funcionario de primera línea en la Casa de Gobierno y el Congreso de la Nación", afirmó.

"No importa de quién venga, lo que importa es el funcionamiento sin miedo de nuestras instituciones republicanas, protegiendo la seguridad nacional", concluyó.