El premio Nobel Joseph Stiglitzpidió terminar con los sobrecargos que aplica el Fondo Monetario Internacional (FMI) a los que consideró son "una tasa procíclica", en línea con lo que planteó el ministro de Economía Martín Guzmán en Europa.

De esta manera, el profesor de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía se sumó al pedido de la Argentina para que el FMI revise la Política de Límites de Acceso y Recargos de tasa de interés en los programas de préstamos del organismo.

En un tomo similar al reclamo que viene sosteniendo el titular del Palacio de Hacienda, en distintos foros internacionales, Stiglitz opinó que se trata "en esencia, de una tasa procíclica", según declaraciones públicas que realizó tras coincidir días atrás, en el seminario "Soñando con un mejor reinicio" organizado por El Vaticano.

"La consecuencia es que básicamente la estructura financiera del FMI se basa en obtener dinero de los países pobres y necesitados, y no es así.La estabilidad financiera global es un bien público global que debería ser apoyado por lacomunidad internacional y no por esos países que están en una necesidad desesperada", argumentó el Nobel de Economía.

Asimismo, Stiglitz se refirió a los problemas de deuda que atraviesan los países en desarrollo, tema convocante del panel, y al alivio que recibieron países de ingreso bajo por la suspensión temporal del servicio de la deuda en el contexto de la pandemia de la Covid-19.

"La suspensión de la deuda no es suficiente. Lo más relevante es que la crisis de la pandemia ha durado mucho más de lo que se pensaba al principio y lo que fue una suspensión se ha convertido en una necesidad para la reestructuración de la deuda", enfatizó el economista estadounidense.

En el mismo eje, aseguró que "hay una gran cantidad de países que necesitan una reestructuración de deuda. Algunos ejemplos. El primero es un caso en el que el FMI ha jugado un papel muy importante, el caso de Argentina, que es un buen análisis de sostenibilidad de la deuda", señaló.

"No debemos castigar a los países que intentan reestructurar la deuda" -subrayó Stiglitz-. El sector privado lo hace y lamentablemente también a veces las instituciones multilaterales.

"No debemos castigar a los países que intentan reestructurar la deuda"

"El sector privado lo hace rebajando la calificación de los países que están intentando una reestructuración, por lo que, justo en el momento en que lo necesitan, si van y piden una suspensión de la deuda, se les dice ‘si pides una suspensión de la deuda, nunca más obtendrás crédito'. Realmente socava toda la iniciativa global en la que nos hemos comprometido", concluyó.