La elección del nuevo gobernador de Corrientes, que se celebrará el próximo domingo, trajo a la provincia más inquietud de la que muchos esperaban, con visitas inesperadas y algunos sucesos fuera del registro habitual de la política local. La campaña ya había sido poco limpia en las redes y, en los últimos días, los candidatos se subieron a una guerra discursiva que incluyó agravios personales de todo tipo.
Si los cierres suelen ser observados con lupa para evaluar a los postulantes, para semblantearlos, en el caso de Corrientes hay mucha tela para cortar. El oficialismo recibió un espaldarazo por parte de los gobernadores de Provincias Unidas; Ricardo Colombi cerró en modo "streamer" y Martín Ascúa con una caminata y un acto con sello peronista.
Pero quizá la nota más sonada de la última jornada proselitista la protagonizó el candidato libertario Lisandro Almirón, quien recibió el inesperado respaldo de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, y del presidente de la Cámara de Diputados, Marín Menem.
Con la polémica porlos audios que los involucran en actos de corrupción, ambos funcionarios nacionales llegaron para apuntalar la campaña del diputado nacional, pero lo que se vivió se pareció más a los incidentes que, horas antes, había protagonizado el presidente Javier Milei en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora.
Karina Milei y Martín Menem estuvieron en la provincia por un breve período, apenas media tarde, que les alcanzó para un encuentro privado y para intentar una caminata por la peatonal de la capital. Antes de la hora señalada para el encuentro, en el lugar se congregaron algunos manifestantes libertarios y también personas con ánimo de confrontar.
La llegada de ambos dirigentes solo intensificó los empujones entre las facciones. Luego de recorrer 100 metros, Milei y Menem fueron evacuados, dejando tras de sí más enfrentamientos. Desde LLA dispararon acusaciones contra todos los opositores, quienes, a su vez, niegan su participación.
Según la información oficial, dos personas fueron demoradas y tenían antecedentes penales. "Estas cosas sorprenden en Corrientes. Acá la gente es tranquila, pero también es cierto que el Gobierno Nacional no llegó nunca. Milei vino una vez para un acto privado y hay gente que está enojada, familias con discapacitados", argumentó un conocedor del territorio.
Mientras tanto, el acto del oficialismo provincial se realizó en el club San Martín, que estuvo desbordado de militantes y simpatizantes. El punto destacado allí fue la presencia de Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio "Nacho" Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y el exgobernador de Córdoba, Juan Schiaretti.
El dato llamativo lo dio, sin lugar a dudas, Leandro Zdero (Chaco), un gobernador aliado a la Casa Rosada. "Valdez lo apoyó mucho para que llegue a gobernador", fue la única respuesta que surgió de las vocerías de Provincias Unidas a la hora de dar una explicación respecto de la presidencia del dirigente chaqueño en Corrientes.
Gustavo Valdés, quien busca dejar la administración provincial en manos de su hermano Juan Pablo, no dudó en calificar la campaña como "mentirosa" y dejó en claro cuáles son sus aspiraciones para el futuro: "A partir del domingo tenemos que comenzar a trabajar en otra construcción, que son las Provincias Unidas", lanzó, ya distanciado totalmente del mileísmo, con el que se negoció una alianza pero que ahora enfrenta de manera frontal.
Por su parte, el candidato a vicegobernador, Pedro Braillard Poccard, dijo que "la presencia del Estado es fundamental para resolver las inequidades sociales y la política a través de la democracia el mejor instrumento".
Ricardo Colombi, en cambio, se mostró en un stream y afirmó: "Vamos a segunda vuelta porque somos el único espacio que piensa en los correntinos, no hacemos obras que son cáscaras vacías. La gente debe elegir entre una fórmula con experiencia como la nuestra y otra fórmula que le importa un carajo la gente", con su habitual forma de expresarse.
Finalmente, Martín Ascúa también aseguró que "ningún frente político se va a imponer en primera vuelta". "Tenemos la certeza de que estamos en segunda vuelta. Nos agreden porque tienen miedo", dijo el dirigente, apadrinado por Cristina Fernández de Kirchner.