En una tarde particularmente agitada por la agenda que impuso Cristina Fernández de Kirchner, Juntos por el Cambio (JxC) logró reunirse en forma virtual para emitir un duro comunicado de prensa donde ratificó que las minorías que deben ser tenidas en cuenta para elegir representantes al Consejo de la Magistratura son las que estaban vigentes al momento del fallo.
En ese encuentro no presencial estuvieron Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (CC), Horacio Rodríguez Larreta (PRO), Patricia Bullrich (PRO), Miguel Angel Pichetto (Peronismo Republicano), Mario Negri (UCR), Juan Manuel López (CC), Cristian Ritondo (PRO), Martín Lousteau (UCR), Alfredo Cornejo (UCR), Maricel Etchecoin (CC), Luis Naidenoff (UCR), Humberto Schiavoni (PRO) y Rodolfo Suárez (UCR), quienes se apuraron en avalar el comunicado crítico a la maniobra kirchnerista. Mauricio Macri, dando clases en la Georgetown University, estuvo ausente con aviso.
Pero con el correr de las horas, el malestar que estaba concentrado adentro del Frente de Todos se fue ampliando a la coalición opositora, que creyó ver la mano del titular de la UCR en la decisión de Sergio Massa de avalar la designación de la diputada Roxana Reyes para integrar el Consejo de la Magistratura en nombre de la segunda minoría.
Curándose en salud, ya se sabe, el presidente de la Cámara baja logró convencer a la Vicepresidenta de que en Diputados avalaría a la diputada designada por la segunda minoría, pero la discusión entre el Frente de Todos y JxC continúa, ya que el Congreso envió una resolución incluyendo a Reyes, diputada radical por Santa Cruz (miembro del bloque de segunda minoría en Diputados) y al senador kirchnerista por Río Negro, Martín Doñate, (que hasta ayer era miembro del bloque de la primera minoría).
No todos en JxC creen que Morales haya tenido intervención en esa decisión de Massa. "Y si así fuera, perjudicó más al gobierno que a nosotros", dijo un dirigente de la UCR que no comulga especialmente con el titular de su partido. Es verdad que el énfasis de los radicales en resolver el intríngulis se morigeró en forma notable.
Lo concreto es que la coalición opositora reaccionó inmediatamente con una conferencia de prensa que dieron en el Senado los principales referentes para ratificar el aval a Luis Juez, del bloque PRO, segunda minoría en la Cámara alta. Y todavía fueron por más, le pidieron a Horacio Rosatti, presidente de la Corte Suprema y del Consejo de la Magistratura, que "se abstenga de tomar juramento a una persona distinta" que la designada.
Argumentaron que "partir el bloque (como hizo el FdT en el Senado) representa una maniobra engañosa para construir fraudulentamente una primera minoría con el objeto de desnaturalizar la designación de un Consejero, que por derecho corresponde a la oposición".
Agregaron que "con esta maniobra se está impidiendo hacer operativo el fallo de la Corte e inhibir la constitución del Consejo de la Magistratura" y que "ante esta 'gravedad institucional' la Corte tiene que intervenir en forma urgente fijando la modalidad y alcances para la conformación del Consejo de la Magistratura".
Además, enviaron una nota al presidente de la Corte Suprema y del Consejo de la Magistratura, Horacio Rosatti, ratificando lo que expresó la conducción de JxC, en el sentido de "se abstenga de proceder a tomar juramento a cualquier senador que no sea el propuesto por el Bloque Frente PRO por la segunda minoría".
Más tarde, finalmente, se concretó en la Casa Radical la reunión de presidentes de partidos. Estuvieron Morales (presidente de la UCR) Pichetto (del peronismo republicano) Ferraro (titular de la Coalición Cívica) y el vicepresidente 1º del PRO, Federico Angelini, en ausencia de Bullrich, que los miércoles tiene la agenda tomada por sus nietos. También estuvo Jorge Triaca, uno de los directores ejecutivos de JxC.
Luego de analizar el duro contexto de "un gobierno atado con alambre", donde "Alberto (Fernández) se sostiene porque nadie quiere empujarlo, salvo sus propios aliados" y discurrir acerca del embate de Fernández de Kirchner contra la Corte Suprema, un conflicto que "Massa evitó avalando nuestra candidata, como corresponde a la ley", organizaron una agenda en común para lo que resta del año, según le explicaron a El Cronista.
Preocupados por quedar atrapados en las discusiones internas del FdT, se dispusieron a "mostrar unidad", "evitar que los problemas del Gobierno nos alejen de las preocupaciones de la gente", "dividir lo legislativo de lo político" y mostrar una oposición ultractiva. "La crisis se va a agravar, lo que tenemos que hacer nosotros es mostrar fortaleza", coincidieron.
En principio, aprobaron cuatro encuentros federales sobre temas que podrían formar parte de un programa de gobierno, una reunión similar a la que ya realizaron en Parque Norte sobre el narcotráfico y sus consecuencias sociales.
El primero sería sobre la política social y los planes sociales, cómo empezar a desactivarlos sin provocar crisis, en el marco de qué programa; el segundo de cultura del trabajo y empleabilidad; el tercero de políticas productivas con foco en las PyMes apuntando a la reducción de tasas e impuestos; y, por último, un encuentro sobre educación.
El problema que tiene JxC es que, en el contexto de esta crisis, hablar de agendas de mediano y largo plazo no permite empatizar con la población, más preocupada por las urgencias cotidianas de un presente económico complejo, que impiden escuchar propuestas racionales.