La inflación de la Ciudad de Buenos Aires augura un retorno hacia el sendero a la baja, pero la volatilidad en el tipo de cambio puede amenazar ese rumbo. El Gobierno sostiene que desterró el mito del pass-through, que implica el traspaso a precios del aumento del dólar. Entre los motivos que se alinean para explicar que no se haya dado el traspaso luego de la salida del cepo, desde el oficialismo argumentan que el apretón monetario imposibilita que se dé la convalidación del aumento de los precios. La inflación de la Ciudad en agosto fue del 1,6%, 0,9 puntos menos respecto del mes anterior, y es el primer mes que desacelera luego de tres al alza. En comparación con agosto de 2024, la suba fue del 37,4%, mientras que en lo que va del año acumula un aumento del 20%. Así, el registro mensual volvió a ubicarse al mismo nivel que en mayo de este año, la cifra más baja desde que inició la serie estadística en febrero de 2022. Los precios regulados empujaron la suba tras trepar un 1,9%, que junto con el resto de los precios relevados (2%), más que compensaron la caída de los bienes estacionales (-2,7%). Los servicios registraron un aumento del 1,7%, por encima de los bienes (1,4%). La inflación de la Ciudad suele ser superior al registro nacional y tiene una mayor incidencia de los servicios que el índice nacional, por lo que no funciona necesariamente como un predictor, pero permite estimar que los precios en el registro nacional se ubicarán por debajo de ese nivel. El dato nacional de agosto se conocerá el próximo 10 de septiembre y las estimaciones privadas ubican la variación para agosto se ubican cerca de 2%. El dato fue festejado en el ministerio de Economía, aunque con mucha prudencia. Creen que la inflación de agosto seguirá en la senda deseada, pero están evitando pronunciamientos públicos al respecto. Hacia adelante se suma la volatilidad del tipo de cambio más la suba registrada este lunes post electoral. Las luces amarillas están por el lado del dólar. Una suba en el tipo de cambio puede agravar la carrera de los precios. Aunque economistas sostienen que la caída de la actividad y los salarios no acompañará una suba de precios, mientras que otros señalan que podría darse un traslado. "Es muy pronto para saber si la suba del dólar tendrá impacto en precios", advirtió Rocío Bisang, economista de Eco Go. "Hoy los salarios siguen deprimidos, reduciendo la capacidad de consumo, y la apertura de importaciones fuerza los precios a la baja, por lo que el margen para aumentar es poco. Sin embargo, el traslado o no a precios creo que va a depender finalmente de la dinámica que adopte el dólar de cara a los próximos días, si supera el techo, el Gobierno interviene o no, y qué medidas se adoptan. Si el Gobierno es capaz de anclar expectativas, es posible que el pass-through sea limitado, pero creo que está lejos de ser historia y es un riesgo latente". Para Martín Kalos, director ejecutivo de Epyca Consultores, habrá un traslado a precios, pero sobre todo "por la incertidumbre que generó el propio Gobierno, que puso demasiado énfasis en la baratura del dólar los meses pasados y en la elección bonaerense que perdió por 13 puntos". Esto se debe a que ahora al importador se le genera la incógnita de a cuánto va a estar el dólar a fin de mes. "Si hoy tengo que salir a vender un bien o insumo importado, el costo de reposición es el dólar dentro de dos semanas", planteó. Que el dólar se ubique en el techo de la banda a priori podría detener el proceso de desinflación, que se vio estancado en los últimos meses. "Una suba del dólar al techo de la banda podría interrumpir el proceso de desinflación, deteriorar el humor social y alimentar el voto castigo", señalaron desde Delphos. Cabe destacar que el Gobierno ha priorizado contener la inflación de cara a las elecciones, incluso por encima del objetivo de acumular reservas o de apuntalar el crecimiento de la actividad, algo que se graficó con la suba de las tasas de interés. Desde MAP agregaron que el mercado descuenta que habrá un cambio de régimen cambiario después de octubre, algo que suma consenso, en especial tras el resultado de la elección bonaerense. Esto, consideraron, podría traducirse en una aceleración del traspaso a inflación de una suba del tipo de cambio. "Cuanto menos pragmáticas sean sus intervenciones y mayor la presión del mercado, más pesada será la herencia para el período poselectoral", sumaron.